Vitamina D, calcio y prevención del cáncer de mama
Existe creciente evidencia que vincula la presencia de vitamina D y calcio en la dieta con un riesgo reducido de padecer cáncer mamario, aunque los beneficios estarían limitados sólo a las mujeres más jóvenes.
Un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Boston, señala que el alto consumo de calcio y vitamina D a través de la alimentación y suplementos nutricionales está relacionado al decrecimiento del riesgo de cáncer de mamas en mujeres premenopáusicas.
Este vínculo parece ser más fuerte en relación con los tumores más agresivos, aunque no se lo ha podido evidenciar después de la menopausia.
Las mujeres mayores presentan deficiencias de calcio y vitamina D con mayor frecuencia, por lo que necesitarían niveles de nutrientes más elevados de los que fueron medidos en el estudio.
El calcio y la vitamina D son importantes para la salud en general y, adicionalmente, podrían ayudar a prevenir el cáncer de mamas.
El estudio
Aproximadamente 31.000 mujeres participaron en el estudio. Los hallazgos fueron publicados en la edición del 28 de mayo de Archives of Internal Medicine.
En el estudio, el equipo recolectó datos sobre más de 10.500 mujeres premenopáusicas y casi 21.000 mujeres posmenopáusicas de 45 años de edad o más que participaron en el Women”s Health Study.
Las participantes completaron cuestionarios al inicio del programa y luego fueron periódicamente interrogadas y controladas para determinar su historia médica y su estilo de vida, incluyendo lo que comían y los complementos dietéticos que tomaban.
Durante un promedio de 10 años, 276 mujeres premenopáusicas y 743 mujeres posmenopáusicas desarrollaron cáncer de mama.
Los investigadores encontraron que las mujeres premenopáusicas cuya ingesta de vitamina D y calcio era alta tenían una reducción en el riesgo de alrededor de 30 por ciento de desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, no encontraron esta asociación para las mujeres posmenopáusicas.
Los hallazgos son similares a los reportados en el año 2002 por otro grupo de investigadores de Harvard. En este estudio, las fuentes diarias de vitamina D y calcio fueron asociadas con el decrecimiento del riesgo de cáncer de mama antes —y no después— de la menopausia.
Asimismo, también se encontró que el calcio y la vitamina D, suministrados en la dieta, lograron reducir el riesgo de cáncer de mama según un estudio reportado por investigadores de la American Cancer Society (ACS).
Aún son necesarios más estudios para comprender cómo la vitamina D y el calcio influyen sobre el riesgo de cáncer de mama. La evidencia de un beneficio protector es consistente, aunque todavía no sabemos si las mujeres premenopáusicas y las posmenopáusicas se benefician de la misma manera.
Sin cáncer de mama… ni de piel
Las actuales guías dietarias recomiendan a las personas de 50 o menos años consumir 200 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día, 400 UI para aquellos que están entre los 51 y 70 años, y 600 IU recomendadas para los mayores de 70.
Muchos expertos acuerdan en que estos niveles están demasiado bajos. Una persona debería ingerir al menos entre 1.000 UI y 1.500 UI al día. En cualquier caso, es conveniente recordar que el exceso de vitamina D puede desembocar en una intoxicación, por lo que deberías consultar a tu doctor antes de ingerir suplementos con dicha vitamina.
Los productos de granja y pescados como el salmón y el atún son algunas de las mejores fuentes alimenticias de vitamina D, aunque verdaderamente sería muy difícil conseguir tal cantidad de vitamina D sólo a partir de las comidas.
La forma más sencilla para el cuerpo de obtener vitamina D es a través de la exposición al sol, dado que los rayos ultravioletas del sol disparan la síntesis natural de vitamina D.
Una taza de leche de 250 mililitros cúbicos contiene únicamente 100 UI de vitamina D. En comparación, alguien que pasa entre 10 y 15 minutos debajo del sol, en un día soleado y sin pantalla solar, puede absorber entre 2.000 y 5.000 UI de vitamina D si el 40% de su cuerpo se expone a los rayos UV.
No obstante, recomendar la exposición al sol es algo polémico en estos días, dado el riesgo de cáncer de piel. En cualquier caso, es posible obtener toda la vitamina D que el cuerpo necesita a través de alimentos y suplementos dietarios.
Lo ideal siempre es una combinación, en la que el individuo obtenga vitamina D a partir de alimentos, de suplementos dietarios, y del sol —siempre que pueda exponerse a sus rayos—.
Vitamina D, sol y salud
La American Cancer Society, el National Council on Skin Cancer Prevention, y otros grupos de salud interesados de los Estados Unidos y Canadá, se reunieron el último año para considerar la evidencia sobre exposición solar, vitamina D, y salud.
Estas instituciones concluyeron que es importante la evidencia que relaciona a la vitamina D y al riesgo reducido de fracturas óseas en los adultos mayores. En cuanto al riesgo de cáncer, el grupo sostuvo que un cuerpo de evidencias creciente sugiere un beneficio protector sobre algunos tipos de cáncer.
Asimismo, la coalición señaló que los riesgos de una exposición al sol sin protección como fuente de vitamina D debe ser tenidos en cuenta a la hora de hablar de sus beneficios.
Para minimizar los riesgos de salud asociados con la radiación ultravioleta B (UVB) a la vez que se potencian los beneficios de un estado de vitamina D óptimo, la suplementación y la exposición al sol en pequeñas dosis son los métodos preferidos de obtener la vitamina.
10 minutos al día de exposición al sol sin protección en la primavera o el verano es más que suficiente para la mayoría de las personas, y más de esto sería demasiado.
Es importante que no se malinterprete esto. En consecuencia, recuerda que lo antedicho no quiere decir que debes salir corriendo a la playa y broncearte durante horas sin protección.
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