El alma brasileña aprendió, a lo largo de cinco siglos de simbiosis irrestricta con etnias variadas que, para saber lo necesario para dar el tono de vida bien vivida es vital que se aprenda, y con características propias de los seres que viven “debajo de la línea del Ecuador, el arte de dar colores y perfumes especiales a todo lo que crea y tiene existencia por aquí, en esta parte tan asoleadamente tropical del Atlántico.
Por esto mismo comprender, simultáneamente su descubrimiento que, la forma de sus personas y sus sabores de sus bocados exquisitos precisaban innovar, sorprender y apasionar por “cargar en sonidos y perfumes” especiales.
Y el ser brasilero creo – a partir de lo que les obsequió la madre África y la Metrópolis Centras (Portugal) y su exotismo.
Nada puede ser comparado con su Carnaval –fiesta de poesía con poetas pícaros!- y su cocina mezclada de mezclas, y sus bebidas – busca incesante por la frescura total del cuerpo y del espíritu- y, finalmente, sus ciencias ocultas de crear sus músicas y manejos sobrenaturalmente enloquecedores … esta cuestión, con certeza absoluta, el Brasil es la mayor potencia mundial!!!
La maestría con que confecciona sus cantos y su cocina –que nunca puede ser concebida sin una integración con la otra- provoca un estado embriagador de los “nativos” y una condición de aferrarse a cualquier incauto de otros “bandos del mundo” que, por desaviso, se aventure, aunque sea una única vez a probar las formas morenas de vivir… es bueno que se avise: Quien se arriesga a “devorar los labios” de nuestros “manjares brasileños” no va impunemente olvidarlo jamás!!!
Así que, antes de la preparación de la salsa de la feijoada, ponga a sonar, en la voz de Simone: “…Puede ir armando el quiosco y preparando aquel poroto negro yo estoy volviendo…
pone una docena de Brama (cervezas) a enfríar…
manda a los niños a la casa del abuelo…
yo estoy volviendo…
pon a sonar aquella musica…
ponte la camisola nueva…
cambia la ropa de la cama…
deja libre a la empleada…
yo estoy volviendo…
hazte un lindo peinado para que yo pueda ver,
que yo solo quiero despeinarte…
uedes perfumarte….
porque yo estoy volviendo…”
Y allí sí, junte:
1 vaso de caldo de limón
cucharadas de sopa de perejil,
cebollita de verdeo picada
1 cucharada sopera de ají picante picado
1 pizca de pimienta y sal a gusto
Procedimiento
Aplaste un poco las pimientas y junte con los otros ingredientes.
Si prefiere una salsa menos fuerte, pude agregar una cucharada de agua o menor cantidad de pimientas.
El acompañante de este plato es el arroz blanco, rodajas de naranja salpicadas con sal, y un buen repollo –col- a la minera – para lo cual solo tienen que: cortar las hojas en tiras finísimas y rehogarlas con ajo, sal y cebolla cortada pequeña.
Bibliografía:
– História da Alimentação no Brasil / orígenes de la feijoada (Historia de la alimentación en Brasil), Luís da Câmara Cascudo
– Nacional/convergência: "A feijoada completa é uma glória maciça da culinária nacional porque nenhum outro povo a possui nos seus pormenores, embora se glorifique de pratos ainda mais complicados e perturbadores, ‘cozido à portuguesa’ e a ‘olla española’, com muitos ingredientes básicos da feijoada. Todos os pratos ‘nacionais’ são convergências experimentais, construídos lentamente, fundados na observação e no paladar."(p.101)
"O cardápio brasileiro é uma incessante manobra aquisitiva de valores sápidos. Quanto tivemos do ameraba e do africano no século XVI transformou-se nas vilas e cidades, ajustando-se ao sabor reinol, ao tempero português, às exigencias da aparelhagem cozinheira européia (…). Foram os pontos de partida para as nossa refeições. Hove um processo aculturativo incessante e que não terminou. Conservam às vezes o nome, africano ou indígena, mas quase nada existe de autêntico na substância real. No primeiro caso, o vatapá e a feijoada completa. No segundo, o caruru, a moqueca de peixe." (p.101)
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