No somos socias aún, no tenemos ningún negocio en común, aunque a veces
realizamos actos del estilo de malas compañías o asociación ilícita; bueno,
tampoco es para pensar tan mal, vamos a tomar cerveza por ejemplo, o vamos a
bailar por seguir y actividades afines.
Tenemos algunos entripados (hombres), amores y algunos etcéteras que pertenecen
al ámbito privado, y cuestiones de bolsillo: le debo plata.
Con lo cual, esto,
a veces, me coloca en desventajosa situación, a veces podemos cantar, soy tu
amiga fiel, por las cadenas de favores de ayudas mutuas varias.
A saber:
mentirillas varias e impostaciones varias, al jefe, al marido, al novio, o al
amante, sea quien sea estuviere de turno en el momento de ser requerida la
complicidad de la "otra".
Una mentira mal ejecutada de parte mía, me cargó de
mucha culpa. Que ella puntualmente se encarga de recordarme; con el solo gesto
de Chiche Gelbung, con su dedo apuntando en la frente, diciéndome a pura mímica:
memoria.
Parte de la amistad
fue mantenernos la una a la otra en épocas de malaria, pero a pesar de ser yo la
más grande, sigo con la desventaja, sobre todo económica (no todos los
escritores y periodistas suelen ganar ostentosos sueldos) por varios
cuerpos.
Por ende, es una cuestión de caballeras, para mí, no negarle
cualquier favor que necesite, es como si hubiera suscripto un pagaré moral
por un largo, largo tiempo.
Por
un lado esto puede significar que somos realmente amigas, por lo que nos hemos
perdonado: hombres y bolsillo, con lo cual espero que augure amistad para rato.
Mi amiga no es una cobradora patológica y como financista es más que tolerable,
tengo un atraso, más que sustancial, con las cuotas.
Pero
es más exigente con especias: léase cuidar a sus hijos más el mío, como hay
épocas en las que nos convertimos en
madres sin
niñeras y en apuros, muchas veces recurrimos una a la otra para cuidar a
nuestros pobres angelitos.
Si, si, todos portan cara de yo no fui,
pero salvo honrosas excepciones, casi siempre, si no fueron ejecutantes de
destrozos varios, fueron los articuladores. Los ideólogos, o los apoyos
logísticos del kamikaze designado a ejecutar la acción: comando destrozo, que
ejecuta con precisión de cirujano.
Los niños cibernéticos vienen así: super poderosos, con lo cual criarlos merece
madres súper poderosas y/o niñera a prueba de niños, también super poderosa.
Tal faena, nos hace parecer más que un par de amigas a un viejo matrimonio,
porque ella que está con un ex, que volvió, entonces ellos, son como los viejos
matrimonios: se mimetizan.
Parece haber recibido por trasmigración,
transmutación, o vaya a saber qué, los gritos de él, ya que me grita a mi, como
él le grita a ella.
Puede ser también que alguno de los infantes nos rompa el
corazón que después, obviamente, arregla Magoya, porque ante un reto nuestro,
esgrime: mamá, mamita por favor, veni… descontando el coro de los otros que
entonan el “mamá” en distintos tonos de verde o el ¡"buah" quiero a mi
mamá!, o en
el peor de todos: mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa en todos los decibeles, habidos y
por haber.
Después de un tiempo prudencial, en que se descuenta que la amiga de
uno ya debe haber dado por concluida su tarea sin chicos, teniendo en cuenta que
se fugó sin celular ni número telefónico adonde cuernos llamarla, empieza a
buscarla.
Así que ahí empezamos con el capítulo "Wanted", Missing, o buscada
viva, que para matarla ya estamos nosotras.
Cuando la hallamos en rozagante
estado de salud, le recomendamos no olvidar que así las madres prometamos: el
oro, el moro, y el negro que apantalle, nadie en su sano juicio compromete
tiempo indeterminado al cuidado de tres criaturitas de Dios que valen por un
ejército completo de troyanos, porque es lo mismo que no cuidar nuestra salud
mental ni auditiva, por cierto.
Por lo cual, que la próxima vez, si acudo a mis
versiones caballerescas para eludir el encargo, al estilo de: me surgió
imprevistamente un viaje a alaska y se me superpuso otro a marte, en carácter de
urgente, o que mi ex suegra enfermó, derrepente, de exsuegrodependiente aguda,
no me regañe en demasía.
Le convendría otorgarme vacaciones hasta cierta
perpetuidad hasta que me den de alta en el neuropsiquiatrico más cercano.
PD: uno es compañía, dos son multitud, tres es pepeepepepeep. Son adorables, son
nuestros hijos y/o sobrinitos de Dios, pero después de un rato, una es un
montón de cosas además de madre.
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