Si eres de los que deben manejar personas a diario, trabajas en Recursos
Humanos, o te preocupas por tus amigos en el trabajo, entonces es muy probable
que en cualquier momento te veas obligado a enfrentar y sostener una
conversación difícil.
Ha llegado el momento de hablar
Las personas se visten en forma inapropiada y poco profesional en el trabajo. La
higiene personal es a veces inaceptable. Las insinuaciones entre empleados
pueden desencadenar un problema de acoso sexual.
Un escritorio desordenado no es
precisamente una señal de una mente ordenada. Las latas de gaseosa que no se
tiran a la basura atraen hormigas.
Por otra parte, el lenguaje vulgar es poco
profesional. Un escote insinuante está bien en un club, en una fiesta, o en la
playa, pero no en la oficina. Y dejar los platos sucios después de almorzar es,
definitivamente, una falta de respeto a todos.
¿Te has encontrado en alguna de estas situaciones? Son simples ejemplos de los
tipos de comportamientos que pueden señalar la necesidad de una conversación.
Los pasos a continuación te ayudarán a mantener conversaciones complicadas con
personas que necesitan un baño de profesionalismo.
¿Cómo llevar adelante una conversación difícil?
·
Busca el permiso para llevar adelante la plática. Incluso cuando seas el jefe
del empleado, comienza diciendo que tienes algo que te gustaría decirle.
Pregúntale si es un buen momento o si prefiere elegir otra ocasión y lugar.
·
Utiliza una entrada suave. No vayas directamente al punto de la cuestión. Otorga
a la persona la oportunidad de prepararse para un momento potencialmente
embarazoso. Dile que necesitas hablarle de algo difícil. Si te sientes incómodo
con tu rol dentro de la conversación, también puedes hacérselo saber. La mayoría
de las personas se sienten tan incómodas al tener que oficiar de emisores del
mensaje (señalar malos hábitos o costumbres) como al tener que recibirlo.
·
Si te encuentras en la situación de tener que hablar con alguien, es muy posible
que esto se deba a que otros empleados han venido a ti quejándose de los hábitos
o costumbres de la persona imputada. No caigas en la tentación de magnificar las
cosas o deslindar tu responsabilidad en la situación diciendo que otros han
venido con la queja. Esto únicamente servirá para que la incomodidad de la
situación sea mayor y la solución más dificultosa.
·
La mejor conversación es directa y simple. No andes dando rodeos. He venido a
hablarte porque esto es algo que debes aprender a controlar si quieres tener un
paso exitoso por nuestra organización.
·
Dile tu interlocutor que el impacto de cambiar su
conducta tendrá un impacto
altamente positivo. Por el contrario, al elegir no hacer nada podría poner en
riesgo su carrera y su empleo.
·
Alcanza un acuerdo sobre lo que esta persona hará para cambiar su
comportamiento. Establecer una fecha de inicio (mañana mismo, tal vez) no estará
mal en algunos casos. Establece asimismo una agenda para revisar el progreso
según las opiniones de otros trabajadores.
·
Realiza un seguimiento. El hecho de que el problema exista significa que los
errores son posibles. Asimismo, también podrían ser necesarias mayores
aclaraciones. En consecuencia, más conversaciones y más acciones disciplinarias
pueden ser los pasos a seguir en un futuro cercano.
Definitivamente, puedes convertirte en una persona eficiente para mantener y
llevar adelante conversaciones difíciles.
Estos pasos y la práctica te ayudarán
a construir los niveles de confianza y comodidad necesarios para hacerlo en
forma efectiva.
Después de todo, una conversación difícil puede hacer la
diferencia entre el éxito y el fracaso de un empleado valioso. Preocúpate por
mantener y llevar a buen puerto estas difíciles conversaciones.
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