Todos sabemos la importancia que tiene el ejercicio para el control general de
la salud y del peso. A todos nos gustaría poder mantener cierta rutina de
ejercicios, aunque solemos pensar que no disponemos del tiempo necesario para
hacerlo.
En efecto, los beneficios que, sabemos, nos proporciona el ejercicio, no son
suficientes como para motivarnos a realizar una completa rutina. Sin embargo,
para la mayoría de la gente, simplemente basta con poder desarrollar un hábito,
e incorporar esta actividad como parte de su rutina diaria.
Por esto mismo, es fundamental encontrar el mejor momento, dentro de nuestro
día, para que el ejercicio no se nos transforme en una interferencia.
Mañana, mediodía o tarde
En primer lugar, debemos saber que los tres mejores momentos para hacer
actividad física, pueden ubicarse solamente en la mañana, el mediodía o la
tarde.
En algunos casos, lo ideal será el mismo mediodía, ya que es la hora que muchos
oficinistas tienen para comer. De esta forma, se puede canjear una comida pesada
y sedentaria, por una buena dosis de actividad física, y un almuerzo con más
líquidos y menos comida.
Una desventaja del ejercicio durante el mediodía, es el
tiempo que se requiere para cambiarse la ropa de entrenamiento, y tomarse una
ducha luego de finalizar. Estos problemas son muy frecuentes en la mayoría de
las personas, y si, luego de una prueba, siente que no podrá lograrlo, deberá
empezar a pensar en la mañana o en la tarde.
¿Cómo se puede decidir entre estos dos momentos? La mejor manera de hacerlo, es
conocerse a sí mismo, y saber si se está más activo en la mañana o en la noche.
¿Se siente realmente motivado y listo para entrenar apenas se levanta, durante
las primeras y tempranas horas del día?
¿O se siente más enérgico y estimulado
luego de un tenso día, en el que desarrolló todo tipo de actividades? Saber
contestar estas preguntas, será fundamental para que pueda mantener una rutina
de ejercicios, ya que toda su actividad física se verá grandemente beneficiada
si se la realiza en el momento más apropiado para su persona.
No existe una respuesta única, ya que ambos momentos dependen de la vida y
personalidad de las diferentes personas, y se les puede encontrar pros y contras.
Por la mañana, por ejemplo, uno no tiene que preocuparse por sucesos inesperados
que puedan dificultar o incluso interrumpir sus
planes de ejercicios.
Sin embargo, muchas personas necesitan utilizar las primeras horas del día para
hacer sus proyectos y actividades, y no están lo suficientemente enérgicas sino
hasta el final del día, cuando han acumulado tensiones y necesitan
“descargarlas” del algún modo. Ejercitar por las tardes, es la mejor opción para
este tipo de personas. Otra ventaja de ejercitar por la tarde, es que ayuda a
promover un mejor sueño durante la noche.
Probablemente, usted ya debe saber si es una persona de mañana o una persona de
tarde. Utilice estas características a su favor, para ayudarse a comenzar y a
mantener un programa de ejercicio.
Para el caso de que no sepa si prefiere la mañana o la tarde, intente ejercitar,
durante una semana por la mañana, y, en la semana siguiente, hágalo por la
tarde. Esté muy atento a cómo se siente durante estas sesiones, y rápidamente se
dará cuenta de cual es SU mejor momento para realizar los ejercicios físicos.
Una vez que haya decidido si es la mañana, el mediodía, o la tarde, su momento
más apropiado, comprométase con los tiempos elegidos. Tómelos como cualquier
otra cita que deba estar obligado a cumplir, y tendrá las mayores chances de
lograr todas las ventajas que brindan el efectuar un ejercicio regular.
Todos sabemos la importancia que tiene el ejercicio para el control general de
la salud y del peso. A todos nos gustaría poder mantener cierta rutina de
ejercicios, aunque solemos pensar que no disponemos del tiempo necesario para
hacerlo.
En efecto, los beneficios que, sabemos, nos proporciona el ejercicio, no son
suficientes como para motivarnos a realizar una completa rutina. Sin embargo,
para la mayoría de la gente, simplemente basta con poder desarrollar un hábito,
e incorporar esta actividad como parte de su rutina diaria.
Por esto mismo, es fundamental encontrar el mejor momento, dentro de nuestro
día, para que el ejercicio no se nos transforme en una interferencia.
Mañana, mediodía o tarde
En primer lugar, debemos saber que los tres mejores momentos para hacer
actividad física, pueden ubicarse solamente en la mañana, el mediodía o la
tarde.
En algunos casos, lo ideal será el mismo mediodía, ya que es la hora que muchos
oficinistas tienen para comer. De esta forma, se puede canjear una comida pesada
y sedentaria, por una buena dosis de actividad física, y un almuerzo con más
líquidos y menos comida.
Una desventaja del ejercicio durante el mediodía, es el
tiempo que se requiere para cambiarse la ropa de entrenamiento, y tomarse una
ducha luego de finalizar. Estos problemas son muy frecuentes en la mayoría de
las personas, y si, luego de una prueba, siente que no podrá lograrlo, deberá
empezar a pensar en la mañana o en la tarde.
¿Cómo se puede decidir entre estos dos momentos? La mejor manera de hacerlo, es
conocerse a sí mismo, y saber si se está más activo en la mañana o en la noche.
¿Se siente realmente motivado y listo para entrenar apenas se levanta, durante
las primeras y tempranas horas del día?
¿O se siente más enérgico y estimulado
luego de un tenso día, en el que desarrolló todo tipo de actividades? Saber
contestar estas preguntas, será fundamental para que pueda mantener una rutina
de ejercicios, ya que toda su actividad física se verá grandemente beneficiada
si se la realiza en el momento más apropiado para su persona.
No existe una respuesta única, ya que ambos momentos dependen de la vida y
personalidad de las diferentes personas, y se les puede encontrar pros y contras.
Por la mañana, por ejemplo, uno no tiene que preocuparse por sucesos inesperados
que puedan dificultar o incluso interrumpir sus
planes de ejercicios.
Sin embargo, muchas personas necesitan utilizar las primeras horas del día para
hacer sus proyectos y actividades, y no están lo suficientemente enérgicas sino
hasta el final del día, cuando han acumulado tensiones y necesitan
“descargarlas” del algún modo. Ejercitar por las tardes, es la mejor opción para
este tipo de personas. Otra ventaja de ejercitar por la tarde, es que ayuda a
promover un mejor sueño durante la noche.
Probablemente, usted ya debe saber si es una persona de mañana o una persona de
tarde. Utilice estas características a su favor, para ayudarse a comenzar y a
mantener un programa de ejercicio.
Para el caso de que no sepa si prefiere la mañana o la tarde, intente ejercitar,
durante una semana por la mañana, y, en la semana siguiente, hágalo por la
tarde. Esté muy atento a cómo se siente durante estas sesiones, y rápidamente se
dará cuenta de cual es SU mejor momento para realizar los ejercicios físicos.
Una vez que haya decidido si es la mañana, el mediodía, o la tarde, su momento
más apropiado, comprométase con los tiempos elegidos. Tómelos como cualquier
otra cita que deba estar obligado a cumplir, y tendrá las mayores chances de
lograr todas las ventajas que brindan el efectuar un ejercicio regular.