Uno de los desafíos más titánicos que puedes encontrar en tu ámbito laboral se produce cuando debes sujetar las riendas de una situación sin tener la autoridad necesaria para hacerlo.
En esta era de equipos multidisciplinarios y funciones cruzadas, las oportunidades de sobresalir en estas situaciones se dan con frecuencia, aunque rara vez conseguimos capitalizarlas.
Ya seas el miembro más novato o el más experimentado de un equipo, tu influencia puede tener un gran alcance. No obstante, ten en cuenta que, más allá de tu actual posición en la empresa, siempre es importante tener el consentimiento de tus superiores o podrías estar sobrepasando los límites de tu rol.
Pero, incluso con la aprobación de tus superiores, manejarte sin autoridad no es algo fácil. A menudo, hay problemas de motivación y choques de egos.
Pero, asimismo, también hay momentos en los que las personalidades parecen encajar a como piezas de rompecabezas y el proyecto se ejecuta a la perfección.
Entonces, ¿qué es lo que separa al éxito de los fracasos? ¿Cómo puedes asegurar que triunfarás más a menudo de lo que fracasarás? En lugar de dejar las cosas libradas al azar, procura leer los siguientes consejos y aprende a timonear incluso cuando no tienes toda la autoridad para hacerlo.
Construyendo confianza y respeto
En situaciones en las que estás trabajando con personas desconocidas o poco familiares, cuando no tienes autoridad directa sobre aquellos con quienes estás trabajando o existe la posibilidad de cambios masivos, es importante prestar especial atención a la creación de un ambiente de confianza y respeto mutuo.
Cuando trabajas con un grupo de personas poco familiares, tu reputación puede precederte. En consecuencia, existirá la tendencia de formar preconceptos sobre tus modalidades y tus hábitos laborales.
Toma acciones deliberadas para corregir cualquier impresión impropia y negativa que pudieran haberse formado de ti.
Por otra parte, asegúrate de que el equipo vaya por el camino adecuado organizando reuniones regulares para intercambiar opiniones. Estructura tu feedback en forma de sugerencias y deja que el equipo discuta estos asuntos en forma colectiva.
La construcción de un aura de transparencia y la comunicación abierta pondrán los temas importantes sobre la mesa antes que tengan la posibilidad de ocasionar problemas.
Una forma particularmente efectiva de romper el hielo es ser el primero en expresar tus puntos de vista y permitir que el grupo los debata y critique.
Por ejemplo, si el progreso del equipo es menor al esperado, déjales saberlo y marca dónde piensas que pueden hacer una diferencia positiva. Permíteles confirmar o refutar tu análisis y expresar tus opiniones.
Pon tus esfuerzos en la construcción de un ambiente de buena voluntad o, en caso contrario, un error o fracaso podría hacer zozobrar tu relación con el equipo.
El Efecto Halo o Aureola refleja la tendencia de las personas a atribuirte una característica positiva y reflejar atributos similares en otras categorías.
En consecuencia, es importante honrar todos tus compromisos, por más insignificantes que estos puedan ser —por ejemplo, efectúa esa llamada en el momento que habías dicho que la harías—.
En cualquier caso, existe una realidad indiscutible, y es que no puedes forzar a una persona a comprometerse. El nivel de energía y dedicación que cada participante pone en sus tareas, refleja en nivel de interés que tiene por el éxito del proyecto.
Aunque estés en el timón, compórtate como si estuvieras en el mismo plano que los demás. Ubicarte en un peldaño superior a los demás creará una pared de resistencia a tus ideas.
En contraste, el compromiso puede construirse generando una mayor participación en el proceso de toma de decisiones y enfatizando la cooperación.
Después de todo, difícilmente uno puede echarle la culpa a otro por decisiones tomadas en conjunto. Por lo tanto, hazte algún tiempo para acordar una estructura de toma de decisiones en la que todos tengan voz y voto.
Asimismo, para solidificar el proceso de toma de decisiones, recurre a aquellos con experiencia suficiente como para demostrar al equipo por qué cierta dirección o método es mejor.
Si ellos creen que tienen la mejor solución, entonces será su responsabilidad comprobarlo. Esto hará que su pasión se enfoque hacia propósitos contractivos en lugar de alentar el progreso del equipo. Finalmente, mantén un ojo puesto sobre tu propio ego.
Haz concesiones
Muestra que te interesas. Los manejadores o los integrantes del equipo que están deseosos de afrontar un papel de liderazgo, deben dejar de lado su ambición personal. Una forma de demostrar esto es sacar la cara y recibir las balas cuando un miembro del equipo ha cometido un error.
En estas situaciones estresantes, la duda a la hora de asumir culpas será vista como egoísmo y podrá romper el compromiso y la solidaridad que tan difícil fuera construir.
Tu equipo necesita ser capaz de confiar y creer en ti, o pronto notarás que sus pasos no van al ritmo de los tuyos y no consiguen seguirte.
El sacrificio personal es un arma infalible contra la hostilidad y la resistencia. El sudor en tu propia frente demostrará que estás dispuesto a poner las cosas de los demás por delante de ti en la búsqueda del éxito del equipo.
Conduce con el ejemplo
En muchas organizaciones, las personas están buscando al “héroe” o “campeón” que los conduzca a través de cambios, problemas, y tiempos difíciles.
En un proyecto o en un equipo de trabajo, esto no es diferente, y uno o dos principios inspiradores y edificantes son los que sirven como fuerza de comando de las distintas asignaciones.
Tu objetivo es dar a entender qué quieres que los demás vean e imiten. Celebra los logros individuales y los del equipo, y estarás dando al resto un estándar por el cual esforzarse. Insta a los demás a creer que pueden disfrutar de un éxito similar.
Muchas grandes organizaciones de ventas efectúan celebraciones para sus mejores vendedores, en las que toda la atención suele recaer sobre estas personas destacadas.
Dentro de tu equipo, debes hacer lo mismo. Si un miembro del equipo en particular los ayuda a alcanzar uno de los objetivos, realiza un anuncio y celébralo.
En vistas de mantener el buen momento y la concentración del equipo, procura mostrar los beneficios del trabajo realizado tan pronto como sea posible, incluso cuando sólo se trate de resultados iniciales. Después de todo, el éxito da confianza al equipo.
Logros sin autoridad
Conducir sin autoridad, no caben dudas, es algo difícil, pero continuamente se presentarán ocasiones en las que se esperará que hagas algo más de lo que habitual en alguien de tu posición.
Si atraviesas por este tipo de circunstancias, recuerda mantener la humildad y apela a la colaboración de los sujetos más experimentados. En estas situaciones, será la diplomacia la que te conduzca al éxito.
Toma este ejercicio de liderazgo como una oportunidad de crecer en tu profesión. Después de todo, es posible que se repita varias veces.
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