Abuso Emocional
Ideas adicionales, preguntas clave y factores de influencia
 
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Cuando nos relacionamos o interactuamos con otras personas, podemos practicar el siguiente ejercicio. Es simple y nos ayudará a aprender a .leer entre líneas. y ver u oír más allá de las palabras, o de aquello que se presenta como evidente a nuestros sentidos.

No sólo debemos prestar atención a la coherencia del discurso de la otra persona, sino también a sus mensajes no verbales. Muchas veces, un simple gesto, o una pequeña actitud pueden determinar cuál es la intención que tiene esa persona al establecer una relación con otra.
Veamos ahora algunas preguntas útiles que podemos hacernos:

¿Qué se dice?
Con esta pregunta queremos centrarnos en los mensajes subliminales que se esconden detrás de las palabras obvias.
Por ejemplo: si un hombre va a comprar un automóvil de precio promedio y el vendedor le muestra uno más lujoso y le dice: “Éste es el mejor automóvil en el mercado hoy, PERO, me temo que quizás sea demasiado caro para usted... AUNQUE el precio se podría llegar a conversar un poco...”, el vendedor está claramente apuntando al deseo y la ambición de alcanzar lo mejor que todos llevamos dentro.
Es claro, que el vendedor no quiere venderle al cliente el tipo de vehículo que el cliente quiere comprar, sino el que el vendedor le quiere vender.

Puede incluso, seguir “distrayendo” sutilmente al cliente mediante frases engañosas como: “Usted merece tener un automóvil que esté a su nivel”. (El vendedor está degradando la autoestima del comprador…)
En realidad, el vendedor está abusando emocionalmente del potencial comprador para poder venderle el vehículo que a él (al vendedor) le conviene. No el que el comprador puede pagar. Decimos que está abusando emocionalmente porque en cierto modo, está manipulando la voluntad del comprador y sondeando cuáles son los puntos débiles de su autoestima. Le está diciendo, muy sutilmente, que no vale tanto como un buen automóvil, o que no es capaz de tener un automóvil caro, que no se anima a gastar un poco más, etc. Se manipula a través del deterioro de la autoestima del comprador.

Si el comprador es una persona segura de sí misma, comprará el vehículo que él desea a un precio justo, sin sentirse “inferior” por no comprar el vehículo más costosos que el vendedor le quiere vender.
Si el comprador tiene un perfil de víctima de abuso, incurrirá en gastos que le costará afrontar más adelante, o solicitará un préstamo, se endeudará o se privará de otras cosas con tal de comprar un vehículo "que esté a su nivel" - según el criterio del vendedor. (Aceptará la degradación de su autoestima).

Por eso decimos, que cada persona tiene su propio nivel de comodidad o conformidad con el que se siente a gusto o a disgusto. Y aquí radica un poco la diferencia entre las personas que se hacen cargo de su propia vida, pudiendo tener en cuenta las sugerencias de los demás, pero tomando sus propias decisiones, basándose en lo que les conviene y no en lo que les conviene a los otros; y por otro lado, las personas que dejan que los demás decidan por ellas.

¿Cómo se dice?
Cuando hablamos acompañamos nuestras palabras con gestos o inflexiones en el tono de la voz, o con ciertas actitudes, ya sea consciente o inconscientemente. Algunas pueden ser más sutiles y otras más evidentes. Pero, si prestamos atención y observamos los detalles, veremos más allá de lo evidente.
A veces, ni siquiera hace falta decir algo. Se puede "actuar" una idea o un concepto, como lo hacen los actores o los mimos. Los gestos tienen mucha importancia.

También, se puede detectar si hay un grado de coherencia entre lo que se dice y algún gesto que acompañe al discurso. Hay mucho material interesante sobre el lenguaje corporal disponible en formatos impresos o electrónicos, algunos gratuitos y otros no. Aquí no vamos a ampliar este tema, pero siempre es útil buscar información al respecto.
Veamos un ejemplo: Si una madre le “grita” a su hijo diciéndole a viva voz: “Por qué no dejas de gritar (o de hablar fuerte)”, la incoherencia es muy clara. No podemos pedirle a alguien que no grite, gritándole para que se calle.

Si un hombre observa cómo se ha vestido su mujer y le dice: "humm... sí, no te queda mal..." pero hace un gesto o una mueca de desaprobación, ya ni siquiera hace falta que le diga si el vestido le queda bien o mal, está claro que a él no le gusta. Pero esto no quiere decir que realmente el vestido le quede mal a la esposa. Sólo refleja la opinión (válida o no) del hombre.

A veces, las personas preguntan a otras, o le piden su opinión, en busca de aprobación o aceptación. No siempre estaremos absolutamente seguros o convencidos de algo y entonces podemos pedir una opinión a otra persona sólo para conocer un punto de vista diferente, pero no es saludable cuando lo hacemos para buscar su aprobación.
Pero en general, la persona con perfil de víctima de abuso emocional, tiende a buscar aprobación constantemente, o miente y esconde sus deseos genuinos o pensamientos propios, para no ser rechazado.
Asimismo, el abusador, casi siempre dará su opinión (por lo general negativa), independientemente de que se la pidan o no. Por lo general, los abusadores suelen entrometerse mucho en la vida de los demás.
Hay abusadores que tienen una actitud “invasora” y toman cosas u ocupan lugares y revisan las pertenencias de otras personas sin permiso. Es su manera de ejercer el control sobre otras personas.

¿Para qué se dice?
Normalmente, casi siempre hay una intención o un propósito detrás de las palabras. Otras veces, una persona puede exponer su punto de vista desinteresada u objetivamente. Todos tenemos derecho a expresar nuestro punto de vista, independientemente de que éste coincida o difiera con el de los demás.

Pero en el caso del abuso emocional, el “discurso” (lo que se dice con palabras) suele actuar como una distracción para engañar a la víctima y para que ésta no perciba la verdadera intención detrás de las palabras.
Además, el abusador también puede adoptar un rol de víctima para hacer sentir mal a la víctima del abuso.

En estos casos el mensaje verbal puede ser “no me comprendes” o “no me amas”, pero el verdadero mensaje es “te echaré la culpa de todo y tendrás que obedecerme o te haré sentir responsable por ello”.
Cuando los padres o las parejas son sobre protectores y constantemente se refieren a la víctima del abuso como “pobrecito” o ”pobrecita”… no están -precisamente- teniendo en cuenta el mejor interés de la víctima. Por el contrario, están subestimándola y deteriorando su autoestima. Además, le están enseñando que para recibir afecto o atención, necesita actuar como "pobrecito" o como alguien incapaz de hacer algo por sí mismo.

Otros factores importantes
Destaquemos una vez más algunos factores importantes que también influyen sobre el abuso emocional.

  • A menudo el abuso se comete, y también se permite, debido a la falta de conocimiento de información clave. Algunas personas simplemente ignoran o desconocen que existen formas más saludables de relacionarse con otras.
  • También es importante tener en cuenta el contexto cultural y el nivel intelectual y de desarrollo emocional del abusador y de la víctima del abuso. Hay personas que pueden tener ciertas limitaciones intelectuales y no comprender, realmente, que están abusando de otras o que están permitiendo que otras personas abusen de ellas.
  • Recordar siempre que hay distintos puntos de vista desde la perspectiva de cada persona que -en sí misma- es única. Cada persona ha vivido experiencias únicas. Pueden existir personas que hayan vivido experiencias muy similares, pero aun así, su actitud frente a esas experiencias puede ser diferente. Es preferible decir que hay puntos de vista diferentes, en lugar de puntos de vista correctos e incorrectos, o buenos o malos. Todos tenemos derecho a expresar nuestra opinión genuinamente.

Una vez más, queremos poner énfasis en el hecho de que los factores a tener en cuenta en una situación de abuso emocional son muchos y muy diversos. También hay abusadores que sufren problemas de salud mental. Pero, volvamos a los aspectos culturales, por un momento.

Lo que dentro de una cultura podría considerarse como un abuso emocional, puede no serlo en otra. También el lenguaje corporal varía de una cultura a otra, desde un simple saludo. En algunas culturas, una persona que no mira a otra a los ojos cuando hablan, es una persona que “esconde” algo, o es “tímida” o no es “fiar”, mientras que en otras culturas, si una persona mira a otra directamente a los ojos es un signo de mala educación o falta de respeto. Por eso lo cultural es tan importante.

Otro error que a veces cometemos es “generalizar”. Si bien tendemos a generalizar ampliamente al dar ejemplos, no debemos olvidar que generalizar es algo simplista, y el mundo es bastante más amplio y complejo de lo que pensamos. Además, cada persona es única, con experiencias personales también únicas. Antes, dijimos también que el nivel de tolerancia al abuso es inherente a cada persona. Y debemos comprender que la decisión de cambiar, o de no abusar de otros o bien, de no permitir el abuso, es una decisión personal que no puede ser forzada, ni ocurrirá “mágicamente” de la noche a la mañana.

Lo más importante es hallar un equilibro y evitar las relaciones “todo o nada”. Las relaciones son como avenidas de doble sentido y es vital aprender a compartir saludablemente y aceptar los distintos puntos de vista. Las relaciones extremistas o “polarizadas”, dónde una persona “manda” y la otra “se somete” no son relaciones saludables y muy posiblemente sean relaciones en las que el abuso emocional es común.

 

 
 
 
 
 


   
 
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