Para poder comenzar de nuevo, después de un relación abusiva, es imprescindible hacer un análisis interno, propio o personal, sobre cuáles fueron los síntomas o signos que pasamos por alto, que no tuvimos en cuenta, que no identificamos, en un principio, y que nos llevaron a establecer una relación abusiva, ya sea de amistad, romántica, laboral, etc.
Necesitamos identificar nuestros errores o nuestras debilidades para poder tenerlos presentes y corregirlos. Cuando nos damos cuenta en qué fallamos, nos damos la oportunidad de explorar diferentes opciones, diferentes maneras de ver las cosas, diferentes modos de reaccionar ante una situación igual o similar. De esta manera, aprendemos a corregir nuestros errores. Es natural y perfectamente normal cometer errores en la vida. Vivimos, experimentamos, probamos, arriesgamos, actuamos o no actuamos, decidimos o permitimos que otros decidan por nosotros, amamos, reímos, lloramos, juzgamos, y hacemos elecciones, y a partir de nuestros aciertos y de nuestros errores aprendemos y crecemos. Maduramos.
Si intentáramos comenzar de nuevo sin identificar nuestras debilidades o nuestros errores y sin intentar, siquiera, repararlos, los resultados seguirán siendo los mismos que obtuvimos hasta ahora. Esto se debe a que seguiremos abordando los problemas y enfrentando los desafíos de la vida, desde el mismo lugar. Seguiremos estableciendo relaciones con otras personas, sin haber cambiado nada, sin haber modificado nuestra manera de pensar o actuar. Por consiguiente, los resultados serán los mismos o sumamente similares hasta los que obtuvimos hasta ahora.
Cuando logramos identificar en qué cosas nos equivocamos y qué cosas no nos equivocamos, logramos madurar. Logramos hacer cambios profundos y permanentes. Reforzamos nuestras virtudes o fortalezas y reconstruimos nuestra autoestima.
Cuando incorporamos nuevas actividades, distintas a nuestras rutinas habituales, nuestro entorno comenzará a cambiar, y eso también traerá un cambio interno importante.
Una actividad diferente podría ser algo tan simple como salir del encierro de nuestra casa y tomarnos una hora o media hora diaria para salir a caminar y disfrutar del sol, disfrutar de saludar a los vecinos, recorrer un vecindario que no conocíamos, etc. También puede ser que decidamos incorporar alguna actividad física (ejercicio físico) que nunca antes habíamos practicado, o bien, asistir una vez por mes a un curso de algún tema de nuestro interés, o asistir a una exhibición de arte, o a un concierto.
Lo importante, para poder comenzar de nuevo, es darnos cuenta que debemos CAMBIAR nuestra actitud frente a la vida, nuestra manera de pensar, echar por tierra nuestros temores, apostar a nosotros mismos, permitirnos equivocarnos, permitirnos una nueva oportunidad, incorporar actividades nuevas a nuestra vida, ya que todo esto nos preparará el camino para conocer nuevas personas y encontrar nuevas oportunidades (sociales, personales, laborales, etc.)
Enfocando la vida y las relaciones interpersonales desde otro lugar, con una nueva mentalidad, nos permitirá establecer relaciones más saludables.
A veces, los pequeños o grandes cambios externos, como cambiar el color o el corte de pelo, mudarse a otra ciudad, cambiar el estilo de vida, apuntarse en grupos nuevos, realizar nuevas actividades, producen importantes cambios internos, y son estos cambios internos los que nos ayudarán a evitar repetir errores.
Un simple ejemplo: Si antes pensábamos que debíamos trabajar muchas horas y permitir que una empresa nos explote o un jefe nos maltrate, porque pensábamos que seríamos recompensados por nuestros esfuerzos, algún día, es posible que al comprender que merecemos ser respetados y que tenemos derecho a no ser maltratados emocionalmente, comencemos a rechazar empleos con características similares al que teníamos, o con jefes similares al que teníamos. Es posible que al comprender que todos somos dignos de respeto, comencemos a seleccionar mucho más eficazmente el tipo de empleo o de jefe que queremos tener.
Comenzar de nuevo implica darnos una oportunidad de hacer algo otra vez, pero desde un lugar diferente, con un enfoque diferente, con una actitud diferente.
Como bien dijo Albert Einstein, “Si queremos lograr resultados diferentes, no hagamos siempre lo mismo”.
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