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Curso de Afrodisíacos

La cocina y el arte
 
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Con respecto a las obras de arte, existen presentaciones de platos y comidas que merecerían ser catalogados como tal, aunque escuché de un gran chef francés –decir- que él no se considera artista sino artesano, porque no puede elevar a la comida a la categoría de arte; creo yo que es por algo de eso de la humildad de los grandes, a veces, creíble y otras muy forzada.

Después de todo ¿Qué es el arte?, sino crear a partir de los elementos, y, a lo largo del tiempo la cocina avanzó al pasar de un simple alimento a platos altamente sofisticados; claro está que la sabiduría milenaria de China y Japón sostienen en no dejar de lado a lo simple; la sensualidad de una comida se puede encontrar en la simpleza de saber disfrutar del sabor de una comida, se puede encontrar en la simpleza de saber disfrutar del sabor de una fruta que ha madurado bajo los rayos del sol, al tomarla con las manos comparamos texturas, tal vez nos despierte algún recuerdo dormido de aquella piel que acariciamos en un lejano verano; a olerla podrá pasar algo parecido, en un remolino de ideas nos acercara a esa tarde en que tuvimos en nuestros brazos a ese ser amado; al llevarla a la boca, ese primer mordisco nos podrá hacer recordar a otro –en otras circunstancias-, el sabor dulce, ácido o amargo otros sabores que nos provocaron éxtasis..; esa es la esencia de la sensualidad, ya Saint-Exupery lo expresaba en su bellísimo “El Principito”: “Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve con el corazón”; podríamos agregar solo se ve con nuestros sentidos más profundos, con nuestra sensibilidad.

Y, sí, será cosa mentale como decía Leonardo, pero excita a mis sentidos…

Es cierto que si le damos ostras crudas a un hombre para calmar el hambre –creo fue esta la forma y el motivo en que se comieron, así, por primera vez-, con la primera saciara su apetito, con la segunda tragada estará deseoso de llenar su estomago, con la tercera empezará a apreciar el sabor más lentamente y así sucesivamente hasta que complete sus necesidades básicas, luego comenzara a sentir otros placeres….

No podemos hablar de afrodisíacos a un hombre que se muere de hambre.

Bueno, continuando con el arte, en una ocasión en que estaba trabajando en un restaurante especializado en pescados de mar, río, y mariscos; me pidieron crear platos con pastas, porque una prohibición de pesca reducía la cantidad de material de frutos marinos –en especial pescados-. Pensé en que podía existir de nuevo bajo el sol que distrajera la atención de los comensales para que comieran pastas en una marisquería y no lo hicieran en una tratoría italiana. Recordé a aquella pintora –Milenka- que en una ocasión me fascino y atrapó plasmando en sus telas “Las cuatro estaciones” de Vivaldi y puse manos a la obra, inspirándome en operas; ¿Por qué no? –me dije-, fue así que nació un Otelo representado con spaghetti al nero di sepia (negros, con tinta de calamar) con toda la sensualidad y fuerza enfermiza de unos celos a cargo de una salsa crema de camarones y langostinos, y toda esa oscura muerte decorada con la concha de un ostión (cáscara de vieira) coronada por una rosa de tomate que era la gota de sangre del sacrificio final. Después apareció Aída, negra, también con los mismos spaghetti, pero con una salsa crema de calabacita y berberechos que la atrapaban como las arenas del desierto junto a su amor, con el que perece. Mefisto, por Mefistófeles, fue con spaghetti al huevo y una salsa de tomates con pulpo y calamar, espolvoreado con granos de pimienta roja, en la salsa algo de chile –el ají PP, peiper hot como le llaman los americanos. No podía faltar “Carmen”, si bien fue escrita en francés, esa Carmen es una españolisima gitana, fogosa y seductora que juega con la muerte; en el plato una franja de spaghetti negros con salsa roja y calamares, en el centro otra de spaghetti al huevo con salsa crema de calabaza y mejillones, al costado otra franja franja de spaghetti negros con salsa roja y pulpo, una hoja de laurel y una rosa –toda una España vestida de “sol y de muerte”-. “El mercader de Venecia” fue con spaghetti a la espinaca y crema de espinacas con mejillones, spaghetti al huevo con crema de calabacita y berberechos y spaghetti negros con salsa roja y calamares. “La boheme” también estuvo presente, en una versión bohemia de los tres tipos de spaghetti al burro (a la manteca) con un buen parmesano. Fueron un éxito; después seguí componiendo platos; pero ¿Quién dijo que no se puede representar algo con la comida…?, ¿acaso no vimos a una Marta Minujin hacer arte con comida?

–claro un poco más conceptual-

-Estatua de la libertad con hamburguesas, que luego semicocino con un lanza llamas y dio de comer a los norteamericanos.

-Estatua de la libertad –en versión más pequeña- con frutillas, lanzándole crema batida con azúcar –con una especie de extinguidos de incendios- que luego dio de comer a los asistentes a un desfile de moda.

-Obelisco –en la expo-feria rural- construido con un armazón y panes dulce –panettone- derribado y consumido por los espectadores porteños.

Hay también una historia que bien no recuerdo con parejas dispares en un estadio de fútbol en Uruguay, a los que les hizo llover algún tipo de comidas desde un helicóptero.

Bueno, eso en arte se llama “instalaciones”, como las múltiples existentes en miles de espacios públicos o privados, ofrecidas por artistas plásticos, es “arte efímero”, “conceptual”; ¿Por qué no podría serlo un servicio de comidas, una mesa, una bandeja, un plato?, creo que Leonardo, sí, lo entendía porque concebía la existencia como un “todo”.

Arte; afrodisíacos; serán un caso mentale, pero ¡allí están!, y mi abuela decía: “has uso pero no abuso”.

Además Leonardo de Vinci, también decía: “El mal que no me perjudica es como el bien que no me aprovecha”.

Nota: sobre la importancia mental de la pintura, es una referencia de Leonardo de Vinci, sobre lo trascendente de la imagen sobre el comportamiento receptor de quien observa; existe todo un capitulo al respecto, sobre sus pensamientos filosóficos, de la importancia de la imagen visual, y creo manifiesta todas las bases que utilizó posteriormente el marketing y la publicidad.

Bueno, yo también soy artista plástico, y, muchas veces me encontré en la cocina con elementos del taller, y, en el taller con elementos de cocina…

¿Seguimos pintando…, cocinando, con arte, placer y sensualidad?
La idea no es convencer a nadie sobre el uso, o no de los afrodisíacos, sobre su eficacia, o no.

Simplemente es rescatar algo de aquello que se nos quedo dormido en nuestro interior, en estos tiempos modernos y acelerados.
Es volver a compartir la vida –el sol- juntos el hombre y la mujer, respetándose mutuamente, aprendiendo a conocerse y satisfaciéndose en el más profundo de los placeres.

-¿Qué le compruebe la existencia…?

-¿Cree usted en algo, en alguien, en Dios…?, todo es cuestión de fe…
“La vida es corta, y el arte es largo”, ¿Por qué no vivirla de la mejor manera?: “Vivir y dejar vivir”.

“He pintado la voluptuosidad tal cual es –dicen-, a fin de exaltar la virtud” –P. Loüis-

Hasta siempre!!!!

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