El aislamiento, es otra forma de dañarnos emocionalmente a nosotros mismos, si nos enfrentamos a la soledad continuamente, nos estamos permitiendo mas tiempo con nuestro ser que está siendo altamente atacado con sentimientos de derrota, frustración, inutilidad, culpabilidad y condenación, y esto lejos de alejarnos del dolor, nos hace participe de un ciclo de dolor, que continua amenazando una y otra vez nuestra estima, y nuestra paz.
El alejarnos de todos, nos hace limitarnos a convivir con nuestro peor enemigo “que es nuestra mente acusadora” , y quedarnos sin la protección, que podemos recibir del mundo exterior, a través de otras personas, que están viendo la situación de una manera mas realista, mas sana, y mas tolerante acerca de los errores que pudimos haber cometido.
Cuando nos aislamos perdemos la oportunidades de:
- Sentirnos apoyados moralmente por otros,
- Recibir consuelo acerca de lo que estamos sintiendo,
- Recibir consejos acerca de cómo podemos salir rápido de ese dolor,
- Recibir afecto, abrazo, cariño, ternura de otros.
- Conocer el grado de afecto, comprensión y amor que otros sienten por nosotros, etc.
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