Es una medida de liquidez general, implementada para calcular el número de días durante los cuales una empresa podría operar con sus activos líquidos actuales, sin ninguna clase de ingreso proveniente de ventas u otras fuentes.
Aunque no es un indicador de uso extendido, en épocas de inflación su resultado puede ser sumamente útil en ciertas circunstancias de negocios, como pueden ser las negociaciones laborales (posibilidad de huelgas o paros indefinidos) o contratación de seguros generales (especialmente de lucro cesante).
(Efectivo + Inversiones temporales + Cuentas por cobrar) /
(Costo de Ventas + Gastos generales) / 365
HISTÓRICO |
AJUSTADO |
2.0X1 |
2.0X2 |
2.0X1 |
2.0X2 |
786.707
1.297.311/365 |
1.121.825
2.701.706/365 |
786.875
1.326.437/365 |
1.121.924
2.888.398/365 |
221 |
152 |
217 |
142 |
El resultado señala que la empresa podría seguir cumpliendo sus obligaciones durante 217 días, con los resultados de 20X1 ajustados por inflación y durante 142 días con los de 20X2, a cambio del número de días mostrado para los mismos años, pero sin haber eliminado el efecto de la inflación, razón por la cuál éste indicador debería tomarse incluyendo ajustes por inflación.
La estructura de capital de una empresa puede definirse como la sumatoria de los fondos provenientes de aportes propios y los adquiridos mediante endeudamiento a largo plazo; en tanto que la estructura financiera corresponde a la totalidad de las deudas —tanto corrientes como no corrientes— sumadas al patrimonio o pasivo interno. Las fuentes de adquisición de fondos, junto con la clase de activos que se posean, determinan el mayor o menor grado de solvencia y de estabilidad financiera del ente económico. La magnitud relativa de cada uno de dichos componentes es también importante para evaluar la posición financiera en un momento determinado.
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