La evidencia señala la poca existencia
de contratos largos en economía pequeñas y fluctuantes como la peruana, asimismo cuando.
existe una oferta de trabajo excedentaria los salarios tienden a la baja, aún cuando los
contratos sean prefijados, salvo que el poder sindical sea fuerte y que la empresa siga
teniendo beneficios a costos más altos que sus competidores.
Estos modelos se sustentan en la dinámica del salario real, sin embargo es posible encontrar
en economía en desarrollo, que los salarios reales son decrecientes, pero el empleo o las
variables productivas no se han visto afectados, e incluso decrecen, por lo que el modelo
pierde fuerza en explicar la dinámica económica.
Los avances de los nuevos keynesianos, no se quedaron en la rigidez de salarios, se plantean
ahora las rigideces de mercado, que hace que los precios no se muevan en un contexto de
competencia monopolística, o la competencia de grandes empresas.
Blanchard, Romer, Parkin, Mankiw y otros, de los años 90, sostienen que es costoso para un
negocio en este tipo de competencia, cambiar los precios. Primero por las reacciones del
consumidor, los costos de información, los costos logísticos y la rigidez de las grandes firmas
para reducir sus precios, aún en mercados estancados o recesivos.
Esta naturaleza rígida de los precios puede afectar negativamente la demanda agregada y con
ello la producción, inclusive las contracciones monetarias serían irrelevantes en la baja de
precios y la expansión monetaria encontraría efectos en los precios antes que en la
producción, llegando a similares conclusiones que los nuevos clásicos, sólo que bajo
fundamentos distintos.
En los noventa, ha surgido otra explicación en torno a los salarios rígidos a la baja, en este
caso las empresas pagan por la productividad del empleado, si pagan menos la productividad
se reduce, de modo que los salarios son llamados de eficiencia y son rígidos a la baja, con ello
se afecta el mercado de trabajo priorizando a cierto sector laboral de alta productividad, el cual
puede tener una dinámica de empleo más alta, e inclusive puede estar en equilibrio laboral en
comparación a un sector de baja productividad. Estos avances de los nuevos keynesianos se
han denominado teorías basadas en los desequilibrios.
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