Es la persona que ha obtenido el título profesional Técnico en Computación e
Informática o equivalente. Esta formación, dirigida a egresados de secundaria,
se imparte en los IST y dura 3 años (6 ciclos). Una consideración importante,
es que los egresados de ciertos Institutos, tienen la posibilidad de convertirse
en profesionales universitarios, para lo cual convalidan cursos y siguen 3 años
de estudio. Algunos referentes son:
Es uno de los Institutos de mayor competitividad, combinando tecnología,
negocios e idiomas. Promueve la obtención de certificaciones internacionales (de
fabricantes o entidades dedicadas a estándares y buenas prácticas en TI), y
brinda facilidades para continuar estudios en la Universidad San Ignacio de
Loyola (USIL) y otros centros superiores bajo convenio. Promueve diversos
eventos y publicaciones orientadas a la superación de la brecha digital.
Es otro Instituto destacado, más centrado en tecnología. Es el mayor promotor
de certificaciones internacionales, y brinda facilidades para continuar estudios en
la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) También, promueve la
difusión y certificación de TI en los colegios, a través de convenios.
Varios centros más brindan la posibilidad de continuar estudios en una universidad de su grupo
empresarial o bajo convenio, tales como la UTP y UPCI. Sin embargo, la mayoría de Institutos no
posee universidad, por lo que vienen trabajando en el establecimiento de convenios con
universidades privadas o públicas. Por otro lado, los institutos SENATI y TECSUP merecen
especial mención, pese a que su mayor trayectoria es en otras epecialidades.
Profesional Universitario
Persona que ha obtenido al menos el grado de bachiller en TI. El pregrado
dura 5 años (10 semestres / ciclos) y conduce al grado de Bachiller, y
luego al título de Ingeniero (o licenciado). También existe la llamada
segunda especialidad, dirigida a bachilleres de otras carreras, quienes convalidan y siguen
estudios por 2 ó 3 años. Con el grado de Bachiller es posible continuar estudios y obtener los
grados de Magíster y Doctor (PhD), poco competitivos en nuestro medio.
Universidades
En las universidades privadas la inversión mensual puede variar de
US$150 a US$850, mientras que en las públicas es gratuita, amparados
en una interpretación del Art 17 de la Constitución del Perú (1993), que
dice: “en las universidades públicas, el Estado garantiza el derecho a
educarse gratuitamente a los alumnos que mantengan un rendimiento
satisfactorio y no cuenten con los recursos económicos necesarios para
cubrir los costos de educación”.
Pese a que los programas de pregrado, se ofrecen hace más de 30 años, la formación sigue
siendo genérica, usualmente un año de estudios generales y 4 de carrera. Pocas son las
universidades de avanzada, que ofrecen más de una carrera o especialidades (tales como
ingeniería de software, gestión, seguridad y auditoria de TI), e incluyen idiomas y negocios;
promueven el aprendizaje, brindan facilidades virtuales, los preparan para que sean evaluados y
certificados por entidades internacionales, y les facilitan la inserción al mercado laboral, a través de
convenios con empresas.
La maestría en su mayoría es poco competitiva con relación a otros países de la región. Los
estudiantes son a tiempo parcial y no obtienen el grado, otros prefieren seguir una maestría en
Administración o MBA, debido al marketing y la promoción del crecimiento administrativo, antes
que el profesional, en las organizaciones.
El doctorado es incipiente, los pocos programas existentes están lejos del nivel de los países
avanzados de la región, y en algunos casos existen debido a la escasa exigencia de las entidades
de control correspondientes; un programa naciente que está generando ciertas expectativas es el
doctorado en ciencia de la computación de la UNSA.
La competitividad del sector, que debe evidenciarse en un crecimiento sostenido de la industria de
software, sólo será posible con la consolidación de los centros de avanzada y la evolución de un
buen número de los tradicionales. Asimismo, con un conjunto de empresas del ramo, que cuenten
con certificaciones internacionales tales como ISO 9000 y CMMI; por ahora estas se cuentan con
los dedos de una mano.
Por su parte, el gobierno en su rol de promotor, debe exigir un mínimo de competencia a:
(1) Los
centros de formación; (2) los services, que prácticamente son informales, sin certificaciones y
mayoritariamente intermediarios; y (3) las entidades públicas, que promuevan el desarrollo
profesional, antes que el administrativo, que conduce a la incompetencia.
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