Para que podamos comprender, en qué consiste la comunicación asertiva, debemos conocer primero
los tres tipos de conducta en la comunicación que presenta el ser humano:
- Conducta pasiva
- Conducta agresiva
- Conducta asertiva.
Veamos con detalle en qué consiste cada una de ellas:
Conducta sumisa o pasiva:
La podemos reconocer por ser una conducta sumisa, y la persona lo expresa en sus:
Actos, gestos, palabras y actitudes. La persona no se valora a sí misma, lo
que otros le indiquen eso hará, y no tomará en cuenta sus propias necesidades
Y deseos.
Cuando somos No asertivos, permitimos que los deseos, necesidades y derechos ajenos sean más importantes que los propios. La conducta no asertiva crea situaciones de ganar-perder, o sea, que una de las partes gana y la otra pierde. Quien se comporta no asertivamente pierde o se le ignora mientras permite a los demás ganar. Seguir este camino lleva a ser una víctima, no un ganador.
Conducta agresiva:
Esta conducta es más compleja. Puede ser activa o pasiva, la agresión puede ser directa o indirecta, honesta o deshonesta. Esta conducta siempre comunica superioridad y falta de respeto. Al ser agresivos ponemos nuestros deseos, necesidades y derechos por encima de los demás.
La conducta agresiva es incorrecta porque viola los derechos ajenos. la gente que se comporta agresivamente puede ganar asegurándose de que los demás pierdan , pero sufren de rechazo.
Comunicación asertiva
La conducta asertiva es una conducta activa, directa y honesta. Comunica una impresión de respeto propio.
Reconocemos a la persona asertiva, porque de una forma respetuosa, hace valer sus derechos. No es una persona sumisa, no es una persona agresiva, sin embargo, es una persona que puede expresar lo que siente y lo que piensa, dándose su propio valor y respeto. La persona asertiva experimenta respeto hacia los demás. Al ser asertivos vemos que nuestros deseos, necesidades y derechos son iguales a los de los demás. Trabajamos con miras al ganar-ganar.
La persona asertiva gana influyendo, escuchando y negociando de modo que otros elijan cooperar voluntariamente. Esta conducta lleva al éxito sin desquite, y alienta las relaciones abiertas y honestas.
|