Esta vez os mostraré una técnica de autohipnosis en la que es necesario la presencia de un hipnotizador.
Debido a que el estado que la mayoría de las personas puede conseguir con esta técnica, es necesario explicarle que son los estados de hipnosis, y que lo normal es que no pase del Z1, lo que quiere decir que en todo momento sentirá que está “despierto”, aunque no sea así.
El hipnotizador pide al sujeto que se siente cómodamente frente a él y después dice:
“Seguramente sabes qué es el magnetismo humano. Algunas personas pueden transmitirlo, y otras, como yo, tienen el privilegio de poseer un fluido magnético particularmente potente. Dentro de poco podrás comprobarlo... Coge mis manos entre las tuyas, y así podré transmitirte una parte de mi fluido magnético, una parte de esta energía que te revitalizará... Para lograr que te revitalices, te voy a transmitir una parte de mi fluido magnético, sin decir nada durante un minuto entero, pero concentrándome en la transmisión de esta energía revitalizadora...”
Después de guardar silencio durante un minuto, el hipnotizador reanuda su discurso:
“Ahora que estás preparado, vamos a pasar a un ejercicio... Ahora vas a apretar mis dedos, fuertemente... Apriétalos, cada vez más fuerte... Todavía más... Ya no puedes soltarlos... Por más que lo intentas, no lo consigues... Aprietas mis dedos, te resulta imposible no hacerlo y, apretándolos te sientes cada vez más fuerte, y puedes apretarlos cada vez más fuerte.”
Mientras no obtengamos un resultado, deberemos insistir hasta que el sujeto responda plenamente a la sugestión; entonces se continúa así:
“Ahora voy a retirar mi mano, lentamente... Y como no puedes soltarla, tus manos van a seguir obligatoriamente, el movimiento de la mía.”
Suavemente, el hipnotizador retira la mano y dice:
“Tus manos están pegadas a la mía... Yo retiro mi mano, pero como te resulta imposible soltarla, tus manos siguen el movimiento de la mía... Y ahora voy a contar al revés, de “tres” a “uno”... Cuando diga “uno”, no solamente podrás soltar mi mano, sino que te encontrarás en un estado particular, que te facilitará la asimilación de la autohipnosis... Sí, cuando yo diga “uno” te encontrarás en un estado que te permitirá aprender a adentrarte en la autohipnosis de manera inmediata, gracias a una palabra clave... Digo “tres”... Vas a aprender, gracias a una palabra clave, cómo entrar en estado de autohipnosis... Digo “dos”... En pocos instantes tus manos se despegarán de la mía y podrás conocer la palabra clave de tu autohipnosis... Digo “uno”... Tus manos se despegan de la mía... Sientes una sensación de relajación... Disfrútala, relájate más aún, cierra los ojos para relajarte más... Y ahora que estás bien relajado, te voy a enseñar tu palabra clave... Y cuando la repita por tercera vez, te adentrarás en un estado de autohipnosis... Sí, bastará con que yo diga tres veces la palabra clave, para que tú entres en estado de autohipnosis... Estén tus ojos cerrados o abiertos, vas a experimentar una deliciosa sensación de paz interior... Esta deliciosa sensación de paz interior te permitirá establecer el contacto con tu subconsciente...”
Si parece que el sujeto ha comprendido todo lo dicho, continuamos:
En este momento tenemos que haber pensado en una palabra cualquiera, a la que se le atribuirá el poder de conducir al sujeto al estado de autohipnosis. Y enseñarle mediante sugestiones a entrar en estado de autohipnosis (Hablado claro, decirle unas cuantas veces y de forma distinta, que cuando el propio sujeto diga esa palabra tres veces, entrará en un estado especial de autohipnosis en el que las sugestiones que se dé él mismo, sean aceptadas por su subconsciente).
Por ejemplo, con la palabra “RELAJACIÓN”
“Tu palabra clave para entrar en autohipnosis es RELAJACIÓN, siempre que digas o pienses esa palabra tres veces entrarás en un estado especial de autohipnosis en el que todo lo que pienses después será fácilmente aceptado por tu subconsciente. Por ejemplo, repites tres veces la palabra RELAJACIÓN y luego te dices: ‘Mis nervios ahora disminuyen, me calmo, me relajo, me siento bien, a partir de ahora, mis nervios se han ido.’” (Continuar dando sugestiones de este tipo).
Ahora, antes de despertar al sujeto, tienes que enseñarle a salir de ese estado especial:
“Y cuando quieras salir de el estado especial de autohipnosis en el que te encuentras, solo tendrás que decirte: ‘Voy a contar hasta tres, iré despertando poco a poco, cuando llegue a tres, estaré completamente despierto’. Vamos a probarlo, intenta salir tú mismo de este estado de autohipnosis como te acabo de decir.”
Si el sujeto no reacciona, no te preocupes, explícale otra vez todo lo que tiene que hacer para despertar y que lo haga poco a poco, es decir, le vas diciendo en lo que tiene que pensar poco a poco, y según se lo dices, que lo vaya haciendo.
AVISO: Si sigue sin reaccionar, despiértalo como si estuviera hipnotizado, con el procedimiento estándar para despertar. Si eso tampoco funciona, habrá entrado en Z3. (Despiértalo como a cualquier persona que se duerme en sueño natural.)
Bibliografía
Las pruebas y métodos de hipnosis/autohipnosis han sido extraídas de los libros:
“Hipnosis curativa”, Dr. J. P. Guyonnaud, Ed. Tikal
“Métodos fáciles de autohipnosis”, Dr. J. P. Guyonnaud, Ed. Tikal
“El gran libro práctico del hipnotismo”, Carlo de Liguori, Ed de Vecchi
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