Somos testigos de las consecuencias del pecado. Desde que nacimos estamos viendo violencia,
mentiras, adulterio, crímenes, odio, etc. En ocasiones pensamos que para que el mundo sea mundo
tiene que haber de todo eso. Permítame decirle que no es así. Dios creó este mundo (Génesis 1:1);
y lo creó para que fuese habitado por gente pacífica, amorosa, sin malicia ni malos instintos (Isaías
45:18; Génesis 1:31).
Te preguntarás seguramente, si todo comenzó con tanta perfección, ¿quién fue el causante de tanta
desgracia? Te diré que fue el pecado, por el pecado entró la muerte y la desgracia en este mundo
(Romanos 5:12). Hay otras preguntas que hacer ¿quién fue el causante de que entrara el pecado en
este mundo? La Biblia nos enseña que fue nada más y nada menos que un ángel exaltado, un ángel
que tenía la función de estar bien cerca de la morada de Dios. Su nombre antes de pecar era Lucifer.
Era un ángel querido, tan querido que Dios lo exaltó dándole un puesto especial en el cielo. Pero,
inexplicablemente un día nació en él la chispa del orgullo y el orgullo trajo consigo la envidia y el odio
hacia Dios, Lucifer, el ángel exaltado quiso quitar a Dios de su trono y todo su poder (el de Dios),
adjudicárselo a él. Primero el pecado se mantuvo en su corazón, luego comenzó a fomentar la
rebelión en el cielo. Acusó a Dios de tirano y cruel ¡Qué triste es el pecado! Vimos en la lección
pasada que Dios no sabe hacer otra cosa que amarnos, pero como hoy muchos que aman reciben el
odio de sus seres amados, nuestro amoroso Dios lo recibió de una de sus más exaltadas criaturas.
Finalmente Lucifer declaró una guerra contra Dios y lógicamente, tuvo que ser, después de
oportunidad tras oportunidad, expulsado del cielo, entonces dejó de llamarse Lucifer para tomar el
repugnante nombre de diablo y Satanás. (Todo esto puede corroborarlo en Ezequiel 28:14-17; Judas
1:6; Apocalipsis 12: 7-12).
Seguramente te preguntarás: Sí, todo eso ocurrió en el cielo, el lugar donde habita Dios, pero ¿por
qué entró el pecado en nuestro planeta? La Biblia nos dice que el Tentador, es decir Satanás,
aprovechando la prueba de obediencia que Dios había puesto a nuestros primeros padres, Adán y
Eva, se propuso hacerlos caer mediante el engaño y tristemente lo logró. Dios sólo les prohibió a
ellos que comiesen del fruto de un árbol, de todos los innumerables árboles que habían en el huerto
del Edén podían comer, menos de éste. Pues al comer del fruto rohibido, nuestros antepasados
pecaron y por ellos entró el pecado, la desgracia a este mundo. Es algo así como el SIDA, que de
padres a hijos se transmite. Es cierto, que como en el caso del SIDA no tenemos culpa de haber
nacido así, pero lo cierto es que cuando crecemos lo hacemos pecando y pecando, por eso hay
tantos problemas en este mundo (Romanos 5:12). Por haber pecado estamos condenados a muerte
(Romanos 6:23 a). Y eso no solo es lo más triste, sino que no podemos hacer nada por nosotros
mismos para resolver nuestro triste problema (Jeremías 2:22). Pero ¡Gloria a Dios! Cristo Jesús vino
a este mundo para resolver él, nuestro problema. ¡Qué grande amor, el mismo Dios del Universo
viniendo en forma de hombre a este mundo para morir y padecer para que nosotros tengamos vida
eterna! ( Juan 3:16).
Compruebe lo Aprendido
1. ¿Cómo fue que el pecado entró en el Universo y en nuestro planeta?
2. ¿Qué situación tenemos al estar en el pecado?
3. ¿Qué tenemos que hacer para ser salvos en Cristo Jesús?
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