Todos los seres humanos tenemos un potencial en nosotros, que muchas veces, no lo hemos conocido, porque no sabemos cómo explorarlos, ni cómo desarrollarlos.
Sin embargo, cuando las circunstancias son adversas, o son difíciles en extremo, es allí cuando nuestra lucha por sobrevivir a los embates de la vida, es cuando descubrimos talentos, dones, habilidades y destrezas de nosotros mismos, que si no hubiese sido por esa dificultad, nunca nos hubiésemos dado cuenta de que teníamos esas cualidades.
Cuando usted capacite a su liderazgo, enséñelos a dar lo mejor de sí, y que aún cuando crean que no lo lograran, que no tienen la habilidad o el conocimiento, exija de ellos que hagan lo mejor que puedan a hacer, no importa cuán difícil sea la tarea, cuan débil sea su autoestima como líder, cuanto sea su nivel de dificultad, exija sobre ellos, que den lo mejor de sí.
Exigirles lo mejor, implica que ellos tendrán que descubrir obligatoriamente como lograr lo que tienen por delante, no importa cuánto tengan que sacrificar, ni cuanto tengan que errar en el camino tratando de lograrlo, pero que no se rindan ante los desafíos del trabajo; que se propongan a desgastarse ellos mismo, si es así de necesario, con tal de lograr lo mejor.
Cuando usted exige estas cosas, los está desafiando a ellos, a decirse a sí mismo, si puedo, si lo lograré, si tengo el potencial para hacerlo, si tengo la capacidad, si tengo todo lo que necesito para lograrlo, si lo lograré y cuando lo consiga será todo un éxito.
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