Evitar desencadenar o agravar las alteraciones circulatorias existentes (como varices, telangiectasias, etc) evitando la utilización de prendas muy ceñidas al cuerpo, mejorando la postura, adoptando un estilo de vida menos sedentario y más activo con la práctica de ejercicio regular; durmiendo las horas de sueño suficientes para un descanso reparador; evitar el estrés (la adrenalina propicia el almacenamiento de grasas), equilibrar la dieta evitando el café, alcohol, bebidas gasificadas e incluyendo alimentos más variados y menos perjudiciales para la salud, ingesta de al menos dos litros de agua al día. Dejar el hábito de fumar. Evitar los baños muy calientes.

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