Colocar en cada
plato un blini caliente, sobre él una
buena porción de frutos rojos y una cucharada
de rubibarbo a temperatura natural, al costado
el mouse helado de chocolate blanco, decorar
el mouse con las cascaritas de naranja sobre
él. Salsear a los costados con la inglesa
de nuez y decorar con hojas de muérdago.
Lucifer (Grecia,
Roma) nombre del planeta Venus al aparecer en
el horizonte, equivalente a fósforo.
Fósforo:
del griego phos, luz y phèro, que lleva.
El portador de la luz. Nombre que los griegos
daban a la estrella matutina, Venus, Lucero,
a la que también llamaban Heòsforo
o Eòsforo. Cuando la palabra se tradujo
al latín, se convirtió en Lucifer.
Lucífero es brillante, que emite luces.
Lucífugo, que escapa de la luz. Lucifer
es además sinónimo del demonio
y por extensión persona muy mala, sin
piedad. También es definido como Satán,
Satanás, Luzbel, Belcebú, príncipe
de las tinieblas y en español familiar,
mengue. En Apocalipsis (20:2) también
se lo sindica como “la vieja serpiente”.
Johan Wolfgang von Goethe (1749-1832) en su
obra maestra, Fausto, creó otro sinónimo:
Mefistófeles, quizás del griego
“el que no ama la luz”.
“La vieja
serpiente”: Afrodita tomando la apariencia
de Circe regresa al mundo en una carroza tirada
por serpientes aladas al igual que el Quetzalcòatl
(serpiente emplumada) que al morir se convierte
en la estrella del alba (Venus). Según
Janes Bonwick “la serpiente es la señal
o el símbolo de una antigua raza célebre
por su sabiduría”. Se le atribuye
la introducción de todas las artes de
la civilización y se cree que es la fuente
de grandes conocimientos.
¿Podría
el patriarcado haber cambiado todo a su antojo...?,
Venus / Afrodita, fue declarada enemiga del
Estado en el Impero Romano cuando éste
se unió a los cristianos, y hay pruebas
fehacientes de que muchas imágenes de
esas diosas Madres pasaron a ser adoradas como
la “virgen María”; ya en
el antiguo testamento Jeremías (versículo
7,18) se queja de la adoración de los
hebreos a “la Reina del Cielo”,
que era Istar, la estrella Venus, la gran divinidad
del panteón semita.
Muérdago: Planta parásita que enlaza con el roble.
En diciembre era cogido por los druidas celtas
para utilizarlo en ritos de fecundidad. Simboliza
la regeneración la restauración
de la familia y del hogar.
Frutilla
/ Fresa: las frutillas forman el género
Fragaria, de la familia de las Rosàceas.
Es originaria de las regiones templadas y se
cultiva en grandes cantidades. Muy apreciada
por su sabor y aplicaciones medicinales. Todas
las fresas cultivadas se obtuvieron a partir
de cuatro especies: la frutilla silvestre, de
América y las Antillas; la escarlata
–o frutilla de Virginia-, del este de
América del Norte; la llamada frutilla
de playa o de Chile, y la de Europa central.
Contenido: cada 100g la frutilla contiene 33kcal, 138kj,
0,8g de proteínas, 0,5g de grasas totales,
6,3g de metabolizantes, 2g de fibra, 89,9g de
agua, 0mg de colesterol, 2mg de sodio, 156mg
de potasio, 24mg de calcio, 25mg de fósforo,
15mg de magnesio, 1mg de hierro, 0,02mg de flùor,
13ug de vitamina A, 0,2mg de vitamina E, 0,03mg
de vitamina Bl, 0,06mg de vitamina B2, 0,6mg
de vitamina B3, 0,06mg de vitamina B6, 6mg de
vitamina C, 12mg de purinas, 15ug de ácido
fólico, 13 ug de vitamina K; por lo tanto
afrodisíacas...
Las diosas Madres
similares a Afrodita / Venus reciben miles de
nombre distintos a lo largo y ancho del mundo,
ya los egipcios decían de Isis que era
“la diosa de los diez mil nombres”.
Representantes, todas del “Huevo del Mundo”,
el principio femenino del cosmos, que aun y
a pesar del patriarcado han sobrevivido en la
imagen de la Virgen María, también
llamada como Afrodita “La Reina de los
Cielos”, o mimetizándose “la
Inmaculada concepción” (Stella
Marìs) con la Iemanja afro-brasileña
(Afrodita lusitana).
En cada pueblo se
perfiló una teoría religiosa distinta
y se adoraron dioses nacionales y locales que
muchas veces se parecían porque habían
nacido de mitos comunes, de la entraña
del sentido popular.
“...
Era la sed y
el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y la ruina, y tú fuiste
el milagro.
Ah mujer, no sé como pudiste contenerme
En la tierra de tu alma, y en la cruz de tus
brazos!
Mi deseo de
ti fue el más terrible y corto,
El más revuelto y ebrio, el más
tirante y ávido.
...”
-Pablo Neruda-
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