El hombre ayudará a su acompañante femenina a sacarse el abrigo y lo dejará en el guardarropa.
Seguirán al maître, camarero o mozo hasta la mesa reservada con anterioridad, donde será ella quien escoja el lugar que más le guste.
Si se trata de un grupo se alternarán mujeres y hombres, y sólo después de que se hayan sentado todas las mujeres, lo harán los hombres.
Trate al camarero sin familiaridades absurdas y no lo llame a gritos, ni chasqueando los dedos, ni dando golpecitos en la copa o en el plato con un cubierto. Espere que mire hacia su mesa y llámelo con un gesto discreto, o limítese a decir “camarero” cuando esté cerca suyo.
Para el uso cotidiano podemos indicar, complementariamente, las siguientes reglas de juego:
- En los ascensores, el hombre debe pasar primero por ser un lugar supuestamente peligroso.
- En las escaleras, la cortesía requiere que el hombre suba detrás de la mujer y que baje delante de ella.
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