Narración
La narración es el registro de las acciones dentro del transcurso del tiempo.
La acción comienza cuando los personajes realizan hechos que transcurren en un espacio determinado y a través del tiempo. En la medida en que estos hechos se suceden, las escenas se sustituyen una a otra, y en la narración se opera una transformación.
Descripción
Es la contemplación de algo con independencia del curso del tiempo.
Se pueden “reproducir” espacios reales o fantásticos. Para ser efectiva, la descripción debe seguir un orden. Se puede ir describiendo de lo general a lo particular. De adentro a afuera. De lo cercano a lo lejano. De arriba abajo. De izquierda a derecha. También es válido describir en el sentido inverso a cada uno de estos casos.
¿Cómo describir? Se aconseja no restringirse al sentido más usado, la vista. Las descripciones pueden incluir imágenes sensoriales a partir de todos los sentidos.
Las palabras que utilicemos en una descripción pueden ser capaces de predisponer al lector. Pueden ser una clave de lectura.
Actividad: Un ejercicio clásico de talleres literarios. Realiza un texto donde se describa una fruta con el mayor nivel de detalle posible, pero nunca podrás nombrarla, ni a sus constituyentes. Por ejemplo, si quieres describir un limón, no menciones la palabra limón, ni semillas. Recuerda que la comparación es un valioso recurso en las secuencias descriptivas.
Representación
La representación es el registro de las palabras dichas por los personajes.
En general cada parlamento de un personaje se inicia con una raya, que lo diferencia del resto del texto.
En el comienzo, el medio o el final de la expresión del personaje, puede introducirse un verbo conjugado: dijo, respondió, gritó, preguntó, etc. A veces, será necesario explicitar el nombre del personaje que está hablando. Es importante que se entienda quién está hablando.
Presten atención al uso de las rayas de diálogo en el famoso cuento “Un Creyente”.
"Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
—Yo no —respondió el otro—. ¿Y usted?
—Yo sí —dijo el primero, y desapareció."
(George Loring Frost)
Como pueden ver, en el primer caso:
—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
Comienza a hablar un personaje, se abre raya de diálogo, que no es necesario cerrar puesto que hay punto y aparte.
Veamos un segundo caso:
—Yo no —respondió el otro—. ¿Y usted?
Aquí se comienza con raya porque está hablando un personaje, Luego interviene el narrador, en este caso se usan dos rayas: una de apertura correspondiente al narrador y una de cierre, necesaria porque hay punto y seguido.
En el último ejemplo:
—Yo sí —dijo el primero, y desapareció.
Tenemos la raya del personaje y la raya del narrador. No es necesaria una raya de cierre del narrador porque el párrafo termina con este último enunciado.
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