Para comenzar este curso vamos a introducirnos a las respuestas de una entrevista que le fue realizada un colega Leandro Uría.
Ser despachante de aduana no es tarea fácil en la Argentina. Requiere una capacidad casi ilimitada de adaptación a las cambios normativos de un negocio tan dinámico como el comercio exterior, y también de una dosis extra de paciencia y de creatividad para enfrentar la baja de la actividad económica que experimenta el país y afecta a la mayoría de las profesiones por igual.
Pero, para llegar a este presente, los despachantes debieron asimilar previamente el gran cambio que experimentaron los procedimientos aduaneros con la introducción del Sistema Informático María (SIM) en todo el país a partir de 1996, y también salir airosos de algunos intentos oficiales de desregular totalmente su actividad que tuvieron lugar en el último lustro, pero finalmente no llegaron a afectar su protagonismo.
"Desde que empezaron a sentirse en el país los efectos de la globalización, el despachante dejó de ser un simple operador de documentación , Está en condiciones de actuar como agente de compras y dar servicios de contratación de fletes aéreos, de movimiento de cargas generales y de transporte de mercadería a zona franca o a depósitos."
En este contexto de mercado, ¿cuál es la ventaja comparativa del despachante respecto de otros operadores que ofrecen servicios similares?
-Nosotros somos auxiliares del servicio aduanero y tenemos que garantizar el resguardo de la renta fiscal. Actuando como representantes de los importadores y exportadores, somos responsables de que se paguen los tributos que realmente corresponden.
-Pese a esta característica, en los últimos años los despachantes enfrentaron varios intentos de desregular la actividad. ¿Qué efectos concretos tuvieron?
-Los efectos no nos preocupan en demasía. Sí nos inquieta que no se exijan requisitos similares. Para ser despachante de aduana tengo que tener un título secundario, no tener antecedentes judiciales o penales, dar un examen de capacitación, y presentar una garantía que avala mis operaciones. Entonces es un contrasentido que haya personas que puedan llegar a actuar como despachantes sin cumplir con estas condiciones.
Además, la supervisión directa de la Aduana sobre los despachantes le permite controlar las operaciones en forma más efectiva. Es más sencillo controlar a 2500 despachantes que a 40.000 empresas diferentes...
-De todos modos, el Congreso dictó una ley de reforma tributaria que abre la puerta a la desregulación.
-Es un absurdo que, existiendo un Código Aduanero, se lo modifique con una ley tributaria. Cualquier cambio al respecto se tendría que hacer dentro del mismo Código Aduanero. Esa modificación se produjo en 1998, pero no tuvo ningún efecto concreto. El despachante sigue actuando sin problemas.
-¿Cómo es la relación actual del CDA con la Aduana?
-Estamos funcionando bien en conjunto. Seguimos participando en forma activa en el Consejo Consultivo Aduanero y en un comité de simplificación, en el cual damos a conocer nuestras opiniones para lograr una mayor efectividad y menores costos en la tramitación. Estamos trabajando para que todas las prácticas sean transparentes.
Ahora apuntamos a actuar como una entidad certificante para la utilización de la firma digital en los trámites aduaneros, lo que permitirá avanzar en un concepto de aduana sin papeles.
-Para lograr una modernización definitiva de los procedimientos, también habría que reformar el Código Aduanero. Esto se discute hace años en el Congreso, pero aún no se obtuvo un proyecto consensuado.
-Dentro de la reforma del Código Aduanero, debemos tomar la determinación de jerarquizar la profesión. Nos interesa que las obligaciones vayan acompañadas por una serie de derechos. Si jerarquizamos la profesión, vamos a tener cada vez mejores profesionales.
Estar al día
Los despachantes de aduana deben actualizarse constantemente y conocer en detalle las eventuales modificaciones en las normas que regulan el ingreso y egreso de las mercaderías. Por eso, el Centro de Despachantes de Aduana (CDA) desarrolla cursos de operación del Sistema Informático María (SIM), de clasificación arancelaria, de valoración y de normas de certificado de origen. La entidad está impulsando también la creación de una carrera universitaria para formar a los futuros profesionales.
|