Un punto clave es la educación de la vista. Es necesaria para poder apreciar las proporciones de un dibujo y saber trazar líneas a “ojo” calculando las distancias y medidas sin utilizar la regla.
Para ello se deben seguir haciendo ejercicios del tipo del capítulo 1.
Trace una línea horizontal de la medida que quiera y, divídala por la mitad, a ojo. Ahora trace dos líneas horizontales y divida la primera por la mitad y la segunda en tres partes iguales.
Encajar. Se llama así a dibujar formas geométricas, normalmente cuadrados, otras círculos o triángulos, e introducir en ellos el dibujo que queremos realizar. Meter en cajas.
Una manzana irá dentro de un círculo, una casa, dentro de un cuadrado o un rectángulo. De esta forma es mucho más fácil realizar el dibujo.
Proporciones. El dibujo debe guardar unas debidas proporciones. Para ello se toma como referencia una parte de él, si es un árbol, la copa, y con esta medida que comprobaremos usando el lápiz y marcando su medida con el dedo, mediremos el tronco (la otra zona del dibujo). Será A (la copa) y medio, o A y tres cuartos de A. O puede ser media A.
Espacios negativos y positivos. Hay que tener en cuenta el espacio que rodea el objeto, pues es tan importante como el propio objeto. Dibuje algo muy sencillo, como una luna, dentro de un cuadrado y sombree de negro el espacio que le rodea. Ese es el espacio negativo. La luna es el espacio positivo.
Luz y sombra. Para dar volumen a un dibujo bidimensional se utilizan lápices 3B y 6B para pintar zonas oscuras que serán sus sombras, y se dejarán en blanco las zonas de luz. Así obtendremos tres o cuatro tonos. Parecerá tridimensional.
Nuestra sensibilidad quedará reflejada en estos dibujos, también si somos muy perfeccionistas o más bien creativos. Veremos ya el camino que seguiremos en el futuro.
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