La pintura a la acuarela es muy delicada, incluso etérea. Hay especialistas muy buenos en esta técnica. Se la valora menos que la pintura al óleo, por estar realizada en papel y no en lienzo y por ser menos perdurable en el tiempo.
Pero es indiscutible su belleza para alguien que tenga la sensibilidad adecuada.
De todas formas, se pueden utilizar una serie de recursos para alterar esta delicadeza de tal forma que quede como una gran obra expresionista, abstracta, o incluso, realista, sin por ellos dejar de utilizar los colores de la acuarela.
Y cómo se hace esto, se preguntarán. Antes apunté que existen métodos como el salpicado con un cepillo de dientes, por ejemplo, o pintar con una esponja en vez de con un pincel, y dispersar sal sobre la superficie húmeda y en cuanto se seque sacudirla.
Todos estos y muchos más son “truquillos” de artista para lograr imitar las distintas texturas que nos brinda la naturaleza, y hasta las que nuestra imaginación nos proporcione.
Pruebe a pintar una fruta sobre un papel húmedo (con una esponja o poniendo la hoja bajo el grifo y escurriendo el exceso), y pinte la misma fruta en un papel seco. ¿Ve la diferencia? No es posible hacer bordes definidos en un papel húmedo, ni conseguir hacer capas de tonos oscuros para crear las sombras, pues se mezclan todos los colores al estar el papel mojado.
Salpique una roca, previamente pintada, con un cepillo de dientes humedecido con pintura color marrón (sombra tostada, por ejemplo). Vea el efecto conseguido. O pruebe a cubrirla con sal, y a sacudirla cuando la pintura de la roca esté seca.
También la forma de realizar los trazos, en vertical, diagonal, horizontal o en curva, le confiere formas distintas, y se harán según la forma del tema que desee representar. Una forma circular se pinta con trazos curvos.
Estas manzanas han sido pintadas, la primera con rotuladores acuarelables, y la segunda con acuarela y pastel acuarelable (el fondo está hecho pintando primero una base con acuarela y, luego dando unos toques con lápices pastel). Las dos sobre papel seco.
Realizado con acuarela y pintando la primera capa del pimiento con el papel seco y la segunda capa con el papel aún húmedo.
Paisaje a la acuarela. Primera capa en húmedo.
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