La pintura acrílica es muy parecida al óleo en su aspecto, pues es cremosa y viene en tubos, y apenas se distingue uno de otro. También se puede encontrar en frascos de plástico de mayor tamaño, aunque más líquida.
Se disuelve en agua y se seca rápidamente.
Los pinceles son tanto de pelo fuerte (cerdo) como suave (sintéticos, buey, pony). Y los soportes, casi todos, tela de lienzo, madera, cartón, papel de acuarela.
La paleta, mejor de plástico para poder lavarla al terminar de pintar.
Se pueden hacer empastes y pintar con la pintura tan diluida que parezca acuarela. También se puede dar una capa de imprimación con pasta de modelar, arena, polvo de pómez, de mármol y otros materiales para darle textura al soporte.
Los colores son los mismos de la paleta básica y se pueden añadir más colores a medida que se vaya adquiriendo experiencia.
Es bueno adquirir una espátula pues se pinta muy bien con ella y se logran muy buenos efectos.
El salpicado, las veladuras, y demás métodos nombrados anteriormente son aplicables a los acrílicos. También el esgrafiado (incisiones realizadas con un objeto punzante, como una espátula, un palillo o el mango del pincel), el estarcido (colocar una plantilla realizada en una cartulina y pintar en el hueco), alternar acrílico y pastel o carboncillo, todo ello contribuye a conseguir unas obras de mayor belleza plástica.
Existen productos específicos para mezclar con la pintura, como son el retardante de secado, el espesante y el médium. El retardante, ya lo dice su nombre es para retardar el proceso de secado de la pintura; el espesante es para aumentar el grosor, y el médium se utiliza para conseguir mejores veladuras.
No necesita barniz, aunque si lo desea puede darle una capa para darle un aspecto brillante.
Los pinceles debe lavarlos inmediatamente para que no se endurezcan y mientras los usa, límpielos con agua, no los deje con pintura.
1. Soporte preparado con arena y gesso acrílico sobre tabla.
2. Acrílico sobre tabla.
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