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Para poder tener
la verdadera libertad, tenemos que romper con
todas las cadenas que nos atan, estos son los
conflictos espirituales que rugen dentro de
nuestro interior, que son reales y que igualmente
las soluciones son tangibles.
Podemos vivir sin ataduras, no esperes mas a
que tu vida se destruya, identifica tus barreras
y procede a transfórmalas.
Necesitamos saber qué pasa en nuestro
interior, para poder saber qué tenemos
que dejar marchar, en lugar de ocultar nuestro
dolor, podemos liberarlo totalmente.
Porque cada persona es enteramente su creación
personal y todo lo que le sucede en lo exterior,
tiene su fuente en su parte interior, de esta
manera, el ser humano es el maestro innegable
y la causa primordial de las circunstancias
y eventos que le marcan el camino de toda su
existencia, para que únicamente lo bueno
se manifieste en su vida, ten cuidado de generar
una tendencia creciente a hacer cumplir o a
movilizar las fuerzas de progreso y felicidad,
sacando de dentro de ti todo espíritu
de odio, culpa, autocrítica, frustración,
depresión, rabia, ansiedad, miedo a la
muerte.
A continuación pasamos a definir algunas
de las situaciones citadas y te sugerimos la
forma de sanarlas:
1- EL ODIO: Es la cadena del más duro acero, que
ata mas fuerte al ser humano con su enemigo
y que lleva a una dimensión donde no
hay progreso, no hay ayuda ni claridad, ni rumbo,
este sentimiento es el mas dañino a la
humanidad porque impide fluir libremente.
REMEDIO: Nunca es demasiado
tarde para liberarte, desatarte y abrirte al
perdón, llenando tu corazón de
amor hacia ti mismo, porque siempre, el que
mas se beneficia del perdón, es el que
toma la decisión de perdonar, pues abre
nuevas puertas que permiten ver otros horizontes.
Si las personas supieran todos los logros que
se consiguen cuando olvidamos los rencores,
nadie volvería a odiar y todos tendríamos
un destino exitoso y próspero y algo
muy importante, nos liberaríamos de muchas
enfermedades sicosomáticas. El odio,
la culpa y la autocrítica elevan los
niveles de tensión y debilitan el sistema
inmunológico.
2- LA CRITICA
Y LA CULPA: Éstas buscan siempre
un castigo y te hacen sentir inferior, te manipulas,
te niegas a perdonarte algo que hiciste, denigrándote,
te enfermas, te accidentas, buscas quien te
haga daño, te niegas la felicidad, te
maltratas con el alcohol, drogas, cigarro, gula,
te endeudas, en fin, creas tu propia frustración.
REMEDIO: Crea dentro de ti un espacio nuevo
y llénalo de hábitos amables,
optimistas y alegres, momentos creativos de
calor humano, perdonándote, perdonando
y olvidando todas las heridas provocadas por
una cultura que le hace culto a la culpa.
3-DEPRESION: Es la rabia vuelta hacia dentro; piensas que
no tienes derecho a sentir rabia, consideras
que no esta bien sentirla contra tus padres,
pareja o amigos, sin embargo la sientes y experimentas
un taco, ya en la garganta, puños, pecho,
piernas; así te enfermas en esos órganos,
al no expresarla en el momento adecuado.
REMEDIO:
darte permiso para expresarte sin hacer daño
a nadie, utiliza una almohada o colchoneta para
desahogarte, pateándola o puñeteándola.
Si no te permites expresar lo que pasa en tu
interior, no sabrás por donde comenzar
el proceso de curación.
4- EL TEMOR
DE LA MUERTE DE UN SER QUERIDO: La
muerte no es un fracaso. El proceso de aflicción,
de duelo, toma su tiempo, no se puede simular
que no duele, porque esto enferma, permítete
llorar
¡No pierdes a nadie cuando muere, puesto
que esa persona jamás te perteneció!
REMEDIO: Decretar claramente
“Te amo y te dejo libre y yo estoy libre”
(repítalo varias veces)
5- TEMOR
A NUESTRA PROPIA MUERTE: Cuando nacemos
aspiramos el aire para absorber las nuevas experiencias
de este mundo y cuando morimos expiramos el
aire para preparar la digestión de las
experiencias que se acaban de agotar.
Morir es perderlo todo en un abrir y cerrar
de ojos, de un golpe y sin aviso, súbitamente
nuestra vida es arrancada de nuestra piel, sin
darle un adiós definitivo a todo lo que
amamos, nos vamos solos, sin esposos, padres,
hijos, amig@s, sin posesiones materiales, totalmente
desnudos, somos arrebatados del mundo sin que
nadie pueda hacer nada. Ahí es el momento
de la comprobación de que nada era nuestro,
todo era prestado, pero no esperemos a llegar
a este punto para entender que solo somos simples
administradores de lo que tenemos y que de nada
sirve el orgullo, la codicia, el odio, la envidia,
y en general todas las pasiones desbocadas ya
que todo lo que en la vida no somos capaces
de digerir en el último instante se alzará
sobre nosotros y serán nuestros verdugos
en ese postrer momento.
El gran logro del
hombre es poder mantenerse alerta ya que el
desenlace final esta latente a cada instante
y tarde o temprano a de llegar el inevitable
evento que cambiará nuestro rumbo para
siempre.
Podemos elegir escondernos a la idea de la muerte
pero es más sabio enfrentar lo inevitable
cuando aun hay tiempo y no esperar a que el
golpe nos sorprenda sin un esfuerzo previo.
Sentimos temor a la muerte cuando aun no hemos
hecho el trabajo interior que nos libra de ese
temor. Si entendemos la muerte como un despertador
cotidiano, cada día seria pleno y feliz,
porque cada ser humano, puede proyectar ese
último instante a partir de lo que ahora
vive, mientras todavía corre sangre por
sus venas y si vivimos cada día con amor,
tolerancia, si no dejamos que el Sol se oculte
estando enojados con alguien, si mantenemos
saldadas todas nuestras cuentas , si estamos
siempre en paz con todo el mundo, si nuestra
única deuda es de agradecimiento al Creador,
nuestra muerte será una explosión
de luz. Lo más sensato es empezar desde
el hoy el camino que conduce a la frontera que
divide nuestros dos mundos.
La muerte inyecta intensidad a la vida, pero
hay que tener los ojos abiertos y los oídos
despiertos ya que si somos capaces de digerir
nuestra vida, estamos adelantando el trabajo
de nuestra muerte.
Sabremos de nuestra muerte lo que sepamos de
nuestra vida, si nuestra vida es sombra y odio
la oscuridad al final nos espera, es mientras
vivamos que podemos variar las cosas y no en
la muerte cuando es el momento de medir y sin
embargo es la muerte lo mas importante dentro
de todos los asuntos humanos, es el acto final
de la vida, es el triunfo o la derrota sobre
la conspiración del tiempo.
REMEDIO:
Hay que poner todo en orden, antes de que se
finiquite el plazo. Estar al día con
todo y con tod@s, de tal manera que no dejemos
ataduras que nos detengan en nuestro viaje al
más acá.
La vida no debe
ser un simple envejecimiento. Debe ser crecimiento.
Estas son dos cosas diferentes
Cualquier animal es capaz de envejecer. El crecimiento
es privilegio de los seres humanos.
El crecimiento significa estar penetrando a
cada instante más profundo en el principio
de la vida; apartarse de la muerte, no acercarse
a ella. Entre más penetres en la vida,
más entenderás la inmortalidad
dentro de ti. Te vas alejando de la muerte;
llegará el momento en que puedas ver
que la muerte no es más que un cambio
de ropa, un cambio de casa, un cambio de formas:
nada muere, nada puede morir, todo se transforma.
El primer principio de la vida es la meditación.
A medida que envejeces, te vas acercando a la
muerte y cada vez es más difícil
entrar en meditación.
Meditación quiere decir entrar en tu
inmortalidad, entrar en tu eternidad, entrar
en contacto con la totalidad.
Un niño pequeño no tiene ambiciones,
no tiene deseos. Está tan absorto en
el momento: un pájaro volando atrae su
atención totalmente; tan solo una mariposa
con sus bellos colores, y él está
encantado; el Arco Iris en el cielo….él
no puede concebir que pueda existir nada más
significativo, más rico que este Arco
Iris… y la noche llena de estrellas, estrellas
más allá de las estrellas…
La meditación
es simplemente un extraño método,
es como si fueras el primer humano que ha descendido
a la Tierra, quien no sabe nada, tiene que descubrir
todo, tiene que ser un buscador y tiene que
ir en peregrinación por esta naturaleza.
Te vuelves tan sensible que aún la hoja
más pequeña de prado adquiere
una importancia inmensa para ti. Tu sensibilidad
te hace entender que esta pequeña hoja
de prado es tan importante para la existencia
como la estrella más grande; sin esta
hoja de prado la existencia sería menos
de lo que es; esta pequeña hoja de prado
es única, es irremplazable, tiene su
propia individualidad.
La meditación te trae sensibilidad, un
gran sentido de pertenecer a la Madre Tierra,
nuestro mundo, las estrellas son nuestras, no
somos extranjeros aquí. Pertenecemos
intrínsecamente a la existencia. Somos
parte de ella, somos corazón de ella.
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