Actualmente en cualquier libro de sexualidad humana, ya te dan la siguiente “noticia científica” (noticia que desde hace siglos cualquier madre pudo confirmar, pero que se callaba para que no la tildaran de loca sexual): las respuestas fisiológicas sexuales se observan desde el recién nacido.
¿Recuerdan mi frase?: que la ciencia aun no halla descubierto tal cosa, no significa que no exista.
Entonces, como las respuestas fisiológicas sexuales se observan desde recién nacidos, los padres en forma más o menos concientes, más o menos inconscientes, van educando las reacciones sexuales espontáneas de sus hijos, y parte de esa educación consiste en dos metas:
• En que se vayan postergando para cuando sea adulto.
• Y que esas expresiones se expresen o manifiesten en un ambiente exogámico.
¿Y el enamoramiento es solo deseo sexual?
¿El enamoramiento es solo deseo sexual? Claro que no. Precisamente consiste mínimamente en agregarle a lo dicho sobre el deseo sexual, una dosis muy grande de amor.
Y entonces ya tenemos dos ingredientes que unen al ser humano: el deseo sexual y el amor. Así se estructura y constituye el amor sexual. Ahora el paso siguiente será: darle forma.
Digo: cualquiera puede hacer huevos estrellados y tortillas de harina, pero cada quien le da su toque personal, cada quien tiene su propio gusto sobre dicho platillo. ¿O no? Que algunos le ponen un poco mas de sal, otros los prefieren con tocino, otros sin tocino, que si la tortilla abajo, que si le pongo chile, que si se lo quito, que tipo de chile te gusta, que si las tortillas son de harina entonces ni me las calientes etc.,……..
El amor al igual que el deseo sexual impulsa a unirse al otro, pero además el amor mantiene unido al otro, es el ingrediente especial que mantiene unido emocionalmente a la pareja humana, aunque físicamente no lo estén. El amor ayuda mínimamente a tolerar las diferencias caracterológicas entre los amantes, que al principio más que tolerar, implica una ceguera parcial a lo intolerable.
Así que el amor más el deseo sexual, buscan la unión con el otro. La pareja enamorada busca hacer el amor. En el enamoramiento se desea al otro y busca ser deseado por el otro, y también el sujeto ama al otro y busca ser amado por el otro. Es por eso que he dicho que en el enamoramiento mutuo, cuando la pareja enamorada hace el amor, se forma un ciclo maravilloso en donde el sujeto deseante y amoroso busca a su objeto de deseo y de amor para vivir activamente “la experiencia amorosa del deseo” en la cual vive también la maravillosa experiencia pasiva de ser el objeto del deseo y del amor del otro. Formándose así en la pareja una matriz de amor y de deseo fundamental, paradisíaco. En donde el amante se convierte en amado y el amado se convierte en amante.
“En el enamoramiento el mejor afrodisíaco del mundo,
Es mi objeto de amor y de deseo”
Peter y Cols
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