La envidia se puede expresar directamente o indirectamente.
Directa: la persona puede expresar directamente sus ataques envidiosos, ataques que un observador ajeno puede darse cuenta, y puede ser que el sujeto lo reconozca como envidiosos, pero lo más común es que no lo reconozca. Generalmente para el sujeto son simples comentarios que hace sobre las personas. O son para el envidioso, comentarios totalmente objetivos: jamás, nunca, los hace por envidia. O acciones totalmente justificables.
BIBLIA:
“Lo que entra por la boca no hace impura a la persona
Pero sí mancha a la persona
Lo que sale de la boca”
INDIRECTA: se hace a través de los mecanismos defensivos:
Puedo proyectar mi envidia en él otro
• El otro es muy envidioso.
• El otro me envidia a mí
Puedo reprimir mi envidia
• Yo no soy envidioso
• Yo nunca he sido envidioso.
Puedo intelectualizar mi envidia.
• Yo se que todos somos envidiosos, en cuanto a mi algunas veces he envidiado.
Puedo racionalizar mi envidia.
• Considero que es bueno envidiar a alguien porque eso te permite crecer y desarrollarte. Además a quien envidias te sirve de modelo para que tú desarrolles todas tus potencialidades.
• Ese vestido se te ve muy bien, y sobre todo porque tienes un cuerpo muy bonito. Como me gustaría tener tu cuerpazo. Definitivamente que a mi no se me ve tan bien como a ti.
Puedo negar mi envidia:
• yo creo que ese carro que sacó a plazos, lo va a venir perdiendo, porque no tiene dinero para pagarlo, y no creas que lo diga por envidia. Yo por eso no compré ese carro, porque yo si sé que no puedo.
Como en general le pasa a las emociones, la envidia no conoce el tiempo, no tiene la frontera del tiempo. En el momento en que se presenta sus críticas se van al pasado, al presente y al futuro.
Por ejemplo:
Si una persona se encuentra en estado de envidia, digamos que su deseo es que no le vaya bien a cierta persona, ni acepta que le esté yendo bien, que le haya ido bien o inclusive que le vaya a ir bien
La envidia proviene de una parte egoísta de nosotros, donde solo nosotros importamos, “solo yo quiero tener x cosa”.
Durante los momentos de envidia: No solo no toleramos que alguien tenga algo parecido a lo que yo tengo sino que simplemente no toleramos que si tenga lo que yo no tengo.
Y lo que yo puedo envidiar del otro puede ser infinito…
Tal vez sea más fácil ver la dinámica del deseo envidioso en un niño:
|