El estrés ha pasado a formar parte del vocabulario cotidiano como si fuese el signo de nuestro tiempo. A el se le atribuye una larga, aunque imprecisa, lista de malestares físicos y emocionales, mermas en el rendimiento productivo y trastornos de la vida.

El estrés esta en boca de todos. Pero ¿sabemos que es?.

El término fue introducido en 1936 por Hans Seyle para referirse a un síndrome especifico constituido por un conjunto de cambios inespecíficos del organismo.

Un Síndrome es un conjunto  de síntomas, alteraciones, modificaciones del organismo.

El síndrome llamado estrés es, en principio, inducido por las demandas que el medio le hace a un organismo. Seyle lo observo primero en animales. Cuando un organismo se siente amenazado física o emocionalmente, o percibe que su equilibrio corre riesgo, se desencadenan en él cambios que lo preparan para dos reacciones posibles: luchar o huir.

Si el individuo percibe que puede con la amenaza, la enfrenta y lucha. Si percibe que no puede, huye.

La naturaleza es sabia, por lo que esta preparación para luchar o huir va asociada a un conjunto de respuestas fisiológicas que resultan naturales y útiles para esos fines:

1. Descarga de adrenalina en el torrente sanguíneo
2. Tensión muscular, principalmente en los miembros, cuello y en la región abdominal.
3. Aceleración de la respiración
4. Aceleración del ritmo cardíaco
5. Aumento de la presión sanguínea
6. Sudoración
7. Dilatación de las pupilas
8. Sequedad bucal
9. Aumento general de la actividad hormonal

Además de los cambios y síntomas mencionados, pueden ocurrir otros, menos generales, que presentan algunos individuos y otros no:

1. La tensión muscular puede provocar cosquilleo o leve temblor en los miembros.
2. En consecuencia se produce una sensación de inestabilidad: el organismo no puede ni quiere estarse quieto, necesita acción.
3. Contracción de los esfínteres
4. Sudoración en las manos

También podemos dar cuenta de otros síntomas, que ya dependen del individuo y no se produce en todos los casos:

1. Algunos individuos manifiestan una agudización del sentido del oído
2. Otros dejan de percibir los sonidos del entorno para concentrarse solo en aquellos relacionados con la amenaza.
3. En algunos casos se agudiza la visión periférica, en desmedro de la visión focal
4. En otros casos sucede al revés, la visión periférica se nubla y se agudiza la visión focal, ambas posibilidades dependen de cual sea la amenaza percibida.

Los problemas ocasionados por llevar una sobre carga de estrés, proyectado en estos síntomas ,  da como resultado que algunos problemas pueden ser considerables:

1. Debilitamiento del sistema inmunológico, es decir, de las defensas del organismo, por lo tanto mayor vulnerabilidad a la enfermedad.
2. Aumento del riesgo de enfermedades cardiacas y cáncer.
3. Aumento del riesgo de padecer trastornos de ansiedad, fobia o crisis de pánico.
4. Distorsión del ciclo normal del sueño
5. Disfunciones sexuales
6. Deterioro de las relaciones interpersonales
7. Sensación general de inquietud e insatisfacción.

La energía demandada por el estrés es tanta, que pareciera consumirse las reservas del organismo. Por consiguiente la persona siente:

• Fatiga y agotamiento
• Cansancio extremo que no se disipa con el descanso regular
• Depresión, desgano, desinterés.
• Un estado de nervios al borde del colapso