Todos los síntomas de estrés pueden afectar tanto al hombre como a la mujer.
Sin embargo, las mujeres, además, pueden padecer otros trastornos derivados
y que tienen que ver con su particular fisiología, con sus cambios vitales y
con las exigencias psíquicas de que son objeto.
Entre los síntomas
relacionados con el estrés que son específicos de la mujer están los
siguientes:
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Amenorrea (desaparición de la menstruación).
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Melancolía menopáusica.
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Frigidez y vaginismo (coito doloroso).
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Tensión premenstrual y dolor de cabeza.
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Depresión postparto.
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Anorgasmia (imposibilidad de alcanzar el orgasmo).
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Infertilidad.
Entre los trastornos que no son específicos de la mujer pero que les afectan
con mayor frecuencia que a los hombres se encuentran los
siguientes:
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Anorexia.
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Bulimia.
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Neurosis de ansiedad.
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Psicosis depresiva.
La mujer tiene que enfrentarse demasiadas veces no sólo con toda la serie de
factores estresantes que atacan al sexo masculino, si no que a menudo es
ella también la que tiene que ocuparse en mayor medida de la crianza de los
hijos y los trabajos de la casa.
Por eso, la colaboración de su pareja en
estas tareas para que la carga se reparta entre los dos resulta
trascendental para que la mujer no se vea más expuesta al estrés. Aunque
sólo fuera por propio interés, el hombre debería darse cuenta que una mujer
poco estresada representa también menos estrés para él. El estrés, o las
causas que lo producen, compartido, es menos estrés para los dos.
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