Cuando estás bajo presión, necesitas la ayuda
de la gente que te rodea. Aprende a extender la mano y pedirles su apoyo.
Encuentra a algún familiar o amigo de tu confianza para hablar sobre tus
problemas, y no olvides que tú también debes estar dispuesto a ayudar a los
demás. Sé un buen amigo. Escucha a los otros y ofréceles tu apoyo cuando
ellos lo necesiten.
9.
Mantén tu sentido del humor. Un buen sentido del humor resulta esencial para
controlar el estrés y ayudar a otros a hacerlo. Es importante no tomarse las
cosas más en serio de lo debido. Las personas que pueden reírse de
situaciones estresantes son capaces de manejarlas de forma más efectiva.
10.
Aprende a respirar correctamente, es la llave maestra de la relajación.
Sentado o acostado, cierra los ojos. Inspira profundamente por la nariz y
exhala el aire por la boca. Respira profundamente (siempre a partir del
diafragma) y afloja las mandíbulas dejando la boca entreabierta. Vuelve a
tomar aire profundamente y deja caer los hombros. Inspira profundamente,
retén el aire mientras cuentas hasta cinco y vuelve a exhalar el aire por la
boca. Repite este último paso al menos cinco veces.
11.
Da a tu cuerpo y a tu mente la oportunidad de relajarse. El fin de la
relajación es disminuir la ansiedad y la tensión muscular, sobre todo en
situaciones de presión. No se pueden evitar las situaciones preocupantes,
pero sí se pueden manejar las respuestas y reacciones a ellas aprendiendo y
practicando la relajación.
12.
Es imposible estar relajado físicamente y tenso emocionalmente al mismo
tiempo, ya que no pueden convivir en el mismo momento la sensación de
bienestar corporal y la de estrés mental. La respuesta del organismo a la
relajación es un efecto de recuperación casi inmediato, y es una tregua para
el cuerpo.
13.
La relajación progresiva de los músculos reduce la frecuencia del pulso y la
presión de la sangre, así como el grado de sudoración y la frecuencia
respiratoria. Además, evita los problemas orgánicos que el estrés produce.
14.
La distensión física logra un importante relax muscular que alivia la
presión acumulada en nuestro cuerpo.
15.
La relajación mental elimina la tensión psíquica.
De cualquier forma, si no consigues quitarte el suficiente estrés de encima,
el mejor consejo que podemos darte, y el que mejor suele funcionar, es
acudir a la consulta de un psicólogo competente en el tema o de un médico
psiquiatra. Porque cada persona es un mundo, y los profesionales en la
materia son los que mejor nos pueden ayudar a descubrir y resolver las
causas del estrés, y de esa forma hacer desaparecer sus efectos.
No por ser
algo cotidiano, debemos resignarnos a vivir con una carga de estrés que
llegue a resultarnos insoportable.
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