La clave del éxito es saber parar a tiempo en cada momento. Esto es algo que
se dice muy fácil, pero que es complicado llevar a cabo, aunque, desde
luego, es factible.
Empecemos por objetivos no muy ambiciosos, que es la mejor forma de empezar.
El mundo no va a parar aunque queramos, pero lo que quizás sí podamos hacer
sea parar nosotras. Y esto significa revisar nuestras expectativas acerca de
las cosas. Para lograrlo hay muchos caminos, y todos pueden conducir al éxito. No obstante, cada una de nosotras está dispuesta a tomar uno y no
otro en función de sus condicionantes.
El primer paso es hacer una relación de las cosas que a cada una nos
resultan estresantes. Ante cada uno de los factores que nos producen estrés
debiéramos preguntarnos: "¿puede ese factor ser cambiado o simplemente debe
ser tolerado?". De este modo, aparecen dos técnicas en función de la
respuesta, aunque lo ideal suele ser una combinación de ambas, según el
caso:
a)
Centrarse en la Resolución.
b)
Centrarse en la Aceptación.
Técnicas de Resolución
1.
Para cambiar lo que se pueda cambiar primero debes identificar las
causas: qué te produce mayor enojo y qué situación te hace sentir ansiedad,
nervios o miedo. Intenta prevenir esas situaciones antes de que ocurran.
2.
Comparte tus pensamientos y tus sentimientos. Generalmente, hablar con otras
personas ayuda bastante, quizás con un miembro de tu familia, un amigo, un
compañero de trabajo o alguien que pueda ayudarte a ver tus problemas desde
una óptica diferente. Además, también ayuda ver que a los otros, a veces,
les pasan cosas similares.
3.
Intenta resolver tu problema con quien lo tengas, si ello es posible.
Puede parecerte obvio, pero muchas veces se está enfadada con alguien y se
paga con otros sin darse cuenta.
4.
Aprende a expresar tus enfados y otros sentimientos negativos sin herir a
los demás. A veces es inevitable estar enfadada, pero en ese caso trata de
decir "estoy enfadada" en lugar de "siempre haces que me enfade". Agredir a
otros con palabras sólo trae como resultado que esas personas se sientan
atacadas, lo cual, en lugar de ayudar, dificulta la resolución del
conflicto.
5.
Fíjate metas a corto plazo. Las metas te ofrecen algo por lo que trabajar y
una satisfacción cuando las alcanzas. Los plazos deben ser cortos y las
metas posibles de cumplir, porque fijarse objetivos imposibles sólo
acarreará mayor frustración cuando te des cuenta de que no hay forma de
lograrlos. Ten presente tus hobbies en tus planes.
Lleva una agenda donde apuntes cosas pendientes para ir resolviéndolas poco
a poco. Por ejemplo, esa bombilla que lleva tiempo fundida y habría que
cambiar... ¡cámbiala!.
6.
Reconoce que sólo tú puedes cambiarte a ti misma, no a otras personas.
Muchas veces se gasta mucho tiempo y energías intentando cambiar a la
pareja, a los hijos, a los amigos, a los familiares... Queremos que sean
diferentes, o que actúen de determinada manera. Cuando estos cambios no
ocurren, una se siente frustrada, tensa y triste. Debes ser consciente de
que nadie tiene el poder de cambiar a otro. Cuando la gente cambia es,
generalmente, porque ellos quieren hacerlo.
7.
Ten el coraje de ser imperfecta. Deja de pretender ser la mujer perfecta, la
empleada modelo o la madre 10. Nadie es perfecto. Tratar de serlo es
positivo y admirable, pero lograrlo es imposible.
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