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Modalidades y síntomas
En los ítems anteriores habíamos mencionado que según las características y modalidad de los estímulos en relación a las respuestas de inadaptación posibles, podrían producirse cuadros agudos o duraderos de estrés.
En los cuadros agudos, tal como referimos en el cuadro explicativo, la causa es aguda y los síntomas aparecen antes de los dos días de producido el estímulo, no durando la sintomatología por más de un mes. En algunas ocasiones puede diferirse la aparición de las perturbaciones, con un poco mas de posterioridad a los sucesos desestabilizantes.
Las reacciones emocionales y corporales, aunque selectivas y subjetivas, son inmediatas, pudiendo describirlas como: aumento de la tensión muscular, rostro tenso, posición rígida, sentimientos doloroso de tensión interna, trastornos neurovegetativos, taquicardia, hipertensión, disnea, lipotimia, seudo vértigo, sudoración, cefaleas, algias diversas, especialmente musculares, hiperactividad sensorial, en especial auditiva, trastornos intelectuales, dificultad en concentración con interrupción del pensamiento, irritabilidad, ansiedad.
Cuando la duración de los síntomas se extiende en el tiempo, estaríamos en presencia de un estado de estrés duradero. De todos modos en general estos cuadros se instalan cuando la situación estresante es continúa. Allí, aparecen en el registro psíquico, síntomas como hiper reactividad con el medio, trastornos del sueño, espera temerosa, hiper vigilancia, fobias u obsesiones, mientras que en el cuerpo se suscitan astenias prolongadas, tensión muscular, temblor y sudoración, cefaleas, migrañas, palpitaciones, etc, en tanto en la esfera conductal-social se producen disfunciones adaptativas, con manifiesta perturbación de la conducta: en general en forma de impulsiones o inhibiciones.
La disyuntiva que se nos presenta frecuentemente, es que se toma al estrés por sus causas, restando importancia a la reacción del sujeto y sus consecuencias particulares. Es fundamental, tomar en cuenta el ínter juego entre los estímulos (estresores) y las respuestas de los sujetos comprometidos.
Áreas que afectan el estrés.
Se puede pensar en signos y síntomas del estrés físico, psicológico y/o social, sin olvidar que un sentido práctico el hombre funciona como una unidad pese a que el cuadro puede manifestarse con compromiso mayor de alguna área.
Dentro del estrés físico y fisiológico, aparecen, por ejemplo, cambios en funciones de los órganos internos, transpiración en las manos, sonrojamiento, contracturas, algias, jaquecas etc.
Dentro de los síntomas psicológicos, suelen acrecentarse los rasgos caracterológicos, promoviendo fobias, obsesiones o conversiones, según la personalidad de base de cada sujeto.
Respecto a los síntomas sociales, se presentan dificultades en las relaciones, intolerancia y sentimientos persecutorios, impulsividades e inhibiciones.
A modo de síntesis diremos que el ESTRÉS RESULTA DE LA RELACION que se produce ENTRE EXIGENCIAS POR UN LADO Y POSIBILIDADES DE AFRONTARLAS POR EL OTRO, promoviendo en general la restauración del equilibrio (homeostasis).
Si el equilibrio no se restaura, ya sea por FALTA DE RECURSOS o por el tiempo de PERMANENCIA de los estímulos, generándose reacciones inadecuadas pueden surgir cambios en los procesos corporales y psicológicos, producto y resultado del estrés patológico.
¿PUEDE EL ESTRÉS CAUSAR ENFERMEDAD?
El modelo de estrés se basa en una reacción de alarma no específica, produciendo un “especie de aviso” a quien lo padece. Puede ser que por intensidad, frecuencia o por permanencia no sea atendida convenientemente instalándose complicaciones ya sean funcionales u orgánicas, pudiendo incluso, en casos extremos, producir la muerte incluso el suicidio.
Dentro de estas reacciones de alarma no específicas ubicamos algunos signos y síntomas, algunos reconocibles por el sujeto estresado y otros comprobables mediante estudios clínicos y/o de laboratorio.
Aumento de adrenalina y noradrenalina en orina y sangre
Aumento frecuencia cardiaca y presión sanguínea
Angustia
Cansancio
Depresión
Sentimiento de culpa y malhumor
Irritabilidad
Trastornos en capacidad de retención y aprendizaje
Bloqueo intelectual
Indecisión frente a alternativas
Reacciones exageradas ante estímulos pequeños
Arrebatos emocionales
Voracidad y glotonería, o anorexia
Hábitos de fumar y beber
Dificultades en la comunicación
Risa nerviosa
Inquietud en las piernas
A la larga se compromete la esfera de salud produciéndose enfermedades psicosomáticas, asma, dolencias cardiacas, perturbaciones en el aparato digestivo, ulceras estomacales, diabetes, jaqueca, dolores, erupciones cutáneas, mareos, insomnio, impotencia, poliuria, mayor propensión a los accidentes, disminución de la capacidad productiva, pérdida de trabajo, desplazamiento del nivel social.
Reafirmamos estos conceptos, diciendo que EL ESTRÉS es un ESFUERZO DE ADAPTACION o sea el INTENTO DE UN SER VIVO DE ESTABLECER ENTRE EL Y SU AMBIENTE UN AJUSTE que le GARANTICE LA SUPERVIVENCIA, siendo que no son los hechos objetivos los que producen estrés, sino más bien es la percepción y la expectativa que de ellos se producen. Estos esfuerzos de adaptación comienzan en el nacimiento (tal vez en la concepción) y continúan durante toda la vida, atravesando diferentes momentos, etapas y por ende crisis
Como se observa mucho de los estresantes se refieren a acercamientos y separaciones. Desequilibrios y nuevos hallazgos, pérdidas y cambios de estado. Vale decir somos estimulados y a su vez somos estimuladores de relaciones sociales, potencialmente estresantes.
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