La mayor parte de los hombres superan la eyaculación precoz por sí mismos, pero algunos requieren la ayuda de un especialista. En primer lugar, el hombre debe siempre discutir el problema con su pareja.
Algunos hombres encuentran posible el retraso en sus eyaculaciones al aumentar la frecuencia de las mismas, por ejemplo, mediante la masturbación.
El tratamiento para la eyaculación precoz está enfocado a varias acciones, una es bajar la ansiedad o angustia que se presenta en el momento erótico, aumentar la conciencia corpórea y sensual del sujeto, mejorar la calidad de la experiencia erótica/sensorial. Lo anterior se logra a través de la verbalización de miedos y angustias que al hacerlos conscientes se pueden manejar y controlar más fácilmente, además de realizar una serie de ejercicios con los cuales el individuo va reconociendo los avisos que su cuerpo manda para indicar que tan excitado se encuentra y que tan cercana viene la eyaculación para ir jugando con el grado de excitación.
También se puede aminorar la angustia con medicamentos específicos o con algunos antidepresivos que como efecto colateral retardan en algunos pacientes la eyaculación, todo esto bajo la supervisión del médico especialista en sexualidad.
También se pueden realizar ejercicios simples para ganar control. Estos consisten en la estimulación del pene (bien por uno mismo o por su pareja) durante un tiempo y el cese de la misma justo antes de la eyaculación.
Después de un periodo de descanso de 30 a 60 segundos se reanuda la estimulación, la cual se detiene de nuevo justo antes de la eyaculación. Este ejercicio de estimulación clínica debe repetirse de cinco a seis veces antes de alcanzar la eyaculación (bien mediante la masturbación o durante una relación sexual con su pareja).
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