Aunque en Venezuela solemos llamar verduras a los tubérculos de raíz como la papa, el ñame, el ocumo, la yuca y otros que utilizamos para sustanciar los sancochos o los hervidos que son sopas espesas y nutritivas, la verdad es que verduras son todos los vegetales de la huerta u hortalizas se calcifican en:
De hojas: como la espinaca, la acelga, las coles o repollos.
Para ensaladas: como los rábanos, el berro, la lechuga, la escarola, la endibia y que se suelen comer crudas.
De tallos y brotes: como el hinojo, el espárrago, el celeri o la alcachofa.
De bulbos: como la cebolla, el ajo, el cebollin, el ajo porro.
De raíz y tubérculo: como la zanahoria, la remolacha y las papas.
Entre otros.
Las verduras ocupan un puesto de verdadera necesidad e importancia dentro de la dieta diaria y la cocina hogareña, aportan las calorías del sol, los azucares y minerales de la tierra, las vitaminas. Lo ideal es comerlas muy frescas, con un color brillante, con los tejidos sanos y consistentes.
En la ciudad de Mérida por ejemplo cuando pedimos “Un recado de olla”, para preparar una buena sopa generalmente nos ponen un poquito de cada cosa, desde una hoja de espinaca o acelga, pasando por apio, papas, cebollas cebollin, ajos y ají dulce, hasta una unas ramas de cilantro y perejil, un pedazo de repollo y algunas vainitas, una autentica variedad de verduras, muy características. Algo diferente a comprar en el Centro Occidente de Venezuela donde al pedir verduras surtidas para la sopa nos dan tubérculos únicamente.
Los vegetales se adaptan a todo, sirven de acompañante a cualquier plato y se pueden comer hasta solos, hervidos con sal y bañados al servirlos con mantequilla derretida.
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