El emperador chino Che-Nung menciono en un tratado llamado “Materia Médica”, que data del año 2838 A.C., al frijol de soya (o soja) como el ejemplo más notable de un concentrado natural de proteínas.
Esta legumbre contiene sustancias inhibidoras del crecimiento y se sabe, también desde hace mucho tiempo, que estas sustancias son fáciles de eliminar (principalmente por la acción del calor). En la cocina occidental el fríjol soya es conocido desde 1740, época en la que fue introducido en Francia, pero su consumo ha sido muy limitado debido al temor de las sustancias inhibidoras del crecimiento. Otro de sus inconvenientes es que su sabor, color y olor son desagradables al gusto occidental, que no tiene la costumbre en su paladar pero esta legumbre, que es cocnocida técnicamente como Glycina Max, se cultiva en climas templados, la mayoría de las veces se procesa para obtener aceite y harina, con sus respectivos subproductos. El aceite de soya refinado es comestible y se emplea en la preparación de grasas y margarinas. Lo que queda, después de la obtención del aceite, se usa para la alimentación del ganado bovino. Este mismo residuo es la base para la obtención de harina.
En la actualidad los mayores productores en la actualidad son China, Japón, Manchuria y los Estados Unidos de Norteamérica.
Durante siglos esta legumbre ha sido la fuente de proteínas en la alimentación de los pueblos orientales.
|