Lo que puede obtenerse de Eyael.
Consuelo en la adversidad y suprema sabiduría. Larga vida y el conocimiento de
las ciencias ocultas. Iluminación por el espíritu de Dios. Aptitud para las Altas Ciencias. Da el conocimiento de la Verdad a los que recurren a Él en sus trabajos.
“Eyael; Dios delicia de los niños y los hombres”.
“Haz del Eterno tus delicias y Él te dará lo que tu corazón desea.”
“De ectare in Domino et dabit tibi petitiones dordis tui”.
“Eyael: Espíritu de Verdad, ayúdame a sacar fuera de mí los valores espirituales que Dios me ha conferido. Haz que pueda discernir lo verdadero de lo falso y permite que en mi labor diaria rinda testimonio de la Verdad, la Belleza y la Sabiduría.”
“Hazme fuerte en la adversidad, ¡oh, Eyael!, y no permitas que mis labios profieran palabras falsas, para salirme de situaciones embarazosas.”
“Muéstrame, Eyael, el camino de la Alta Ciencia, condúceme de tu mano hasta el
Trono de Dios, libérame de las servidumbres materiales para que pueda encontrar, en la soledad, el espacio que necesito para realizar la Obra que Tú me inspiras”.
“Acrecienta, Eyael, mi amor hacia Dios. Haz que mis obras sean gratas a Dios. Haz que sea Portador del Bien y Armonía”.
“Instrúyeme, Eyael, instrúyeme sin cesar, derrama sobre mí los conocimientos de las leyes eternas para que pueda ser un instrumento eficaz en la obra divina”.
Genio número 68: Habuhiah.
Lo que puede obtenerse de Habuhiah:
Virtudes para la curación de enfermedades. La conservación de la salud. Cosechas
abundantes, fecundidad para los que no pueden tener hijos.
“Habuhiah; Dios que da con liberalidad ”.
“Load al Eterno porque Él es Bondad y Su misericordia es para siempre jamás”.
“Confitemini Domino, quoniambo nus: quonian in saeculum misericordia ejus”.
“Habuhiah, haz que mi fe sea fecunda y que pueda ella mover montañas”.
“Haz que Tu luz, acumulada en mi interior, sea tan intensa que pueda con ella
restablecer la salud de los enfermos. Haz que las tentaciones que la vida me depare sirvan para fortalecerme y adquirir una más alta conciencia”.
“Señor Habuhiah, dame fuerza para ser osado, dame valor para afrontar el peligro, dame Tu luz para vencer mi oscuridad”.
“Llévame con mano firme a los dominios de la verdad y la trascendencia”.
“Hazme ciudadano de ese mundo en el que ya no existe la duda”.
“Permite, oh Señor Habuhiah, que sea para los demás una fuente de salud y alegría”.
Genio número 69: Rahael.
Lo que puede obtenerse de Rahael:
El encontrar los objetos perdidos o robados y saber quién los sustrajo. Renombre,
fortuna y legados. La benevolencia de los magistrados. Eficacia de la abogacía. La
limpieza del pasado kármico: el perdón de los pecados.
“Rahael; Dios que ve todo”.
“Señor, sois mi parte de herencia y mi cáliz. Vos tenéis en vuestras manos mi destino”.
“Dominus pars haere ditatis meae et calicis mei, tu es qui restitues haeve ditaten meam mihi”. Rahael: Señor que todo lo ves, en la sublime memoria de las vidas, dame la fuerza necesaria para pagar el mal y transmutar los antiguos odios en puros amores desinteresados”.
“Vacía mi alma de todo lo torcido y miserable que pueda haber en ella, para que en mis tinieblas pueda penetrar Tu luz ”.
“Y cuando haya apurado hasta la última gota del cáliz de la amargura, permite,
Rahael, que rinda testimonio de la divina sabiduría, permite que sea un ejemplo
viviente para los demás y que me convierta en canal de los grandes designios del espíritu”.
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