Lo que puede obtenerse de Nithael:
La misericordia de Dios y larga vida. Protección contra las caídas y accidentes. La
estabilidad en el empleo y el favor de los grandes. (Debe rezársele pues para conservar los medios de vida, propios y ajenos).
“Nithael; rey de los cielos”.
“El Eterno ha establecido su trono en los cielos y su reino domina sobre todas las cosas”.
“Dominus caeloo paravit sedem suma ipsius ómnibus dominabitur”.
“Nithael; pon en mí el sentimiento de lo pasajeras que son las cosas. No permitas, Señor, que me identifique con la gloria que de Ti recibo, ni que considere como míos los poderes que Tú me has dado”.
“Quiero ser, Señor, el actor de Tu obra, ora rey, ora mendigo. En la opulencia y en el despojo, en la grandeza y en la miseria, permíteme ser fiel al camino que Tus fuerzas han trazado”.
“Ayúdame, Nithael, a conservar en lo alto de mis triunfos la sed de lo primordial”.
Genio número 55: Mebahiah.
Lo que puede obtenerse de Mebahiah:
Fecundidad, los que deseen tener hijos. Facilidades para la realización de una obra
espiritual. Iluminación divina. Consuelo, fuerza moral y espíritu religioso.
“Mebahiah; Dios eterno”.
“Tú, eterno, reinas a perpetuidad y tu memoria permanece en generación”.
“Tu autem dómine in aeternim permanes et memoriale tuum in generationem”.
“Mebahiah; dame, Señor, la fuerza física de un Hércules para transportar sin agobio sobre mis espaldas Tu eterna verdad, de aquí para allá, en dulce peregrinaje, por todo el universo”.
“Que mi fuerza física sea la imagen de Tu fuerza moral, que puedas encontrar en mí, Señor, una pieza útil de Tu obra”.
“Quiero ser, Mebahiah, el constructor, el carpintero, aquél que elabora las pequeñas cosas que permiten a la Verdad acomodarse, tomar aposento, sentirse a gusto en la materia que le permiten establecerse en las moradas de los Hombres”.
Genio número 56: Poyel.
Lo que puede obtenerse de Poyel:
Cualquier cosa que se le pida, tan vasto es su poder. Renombre, fortuna, saber
filosófico y espiritual. Poder expresarse correctamente (para tartamudos, para los que
padecen de pereza expresiva o dificultad de traducir en palabras sus sentimientos).
“Poyel; Dios que sostiene el Universo”.
“El Eterno sostiene a todos los que caen y levanta a todos los que están
encorvados”.
“Allevat dominus omnes qui corriunt er erigit onmes elicos”.
“Poyel, quiero que mis labios expresen, Señor, tan sólo lo que es digno, quiero que mi verbo descubra a quienes no escuchen la profundidad de tu obra, quiero que, como en Ti, todos los que a mí acudan encuentren sostén”.
“Vivifica, Señor, mi palabra, haz que con ella pueda abrir anchas perspectivas, que con ella pueda iluminar insondables abismos”.
“Haz que a través de mí se expresen tus más elevadas virtudes. Hazme, Señor Poyel, el constructor de la Tierra, de esa ciudad eterna que Tú has edificado en el cielo”.
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