La velocidad de sedimentación globular, también conocida como "velocidad en la sangre”, es una prueba inespecífica, o lo que es lo mismo, no es una prueba resolutoria definitiva de ninguna enfermedad o lesión determinada.
Se solicita como apoyo al diagnostico de procesos inflamatorios, neoplásicos, e infecciosos. No obstante, esta prueba puede usarse para averiguar enfermedades no sospechadas, usándose en la valoración rutinaria y en la evolución de la enfermedad, pudiendo controlar el resultado del tratamiento.
La técnica consiste en dejar en reposo durante período de tiempo determinado (1-2 horas), la sangre total sin coagular, produciéndose la separación de los hematíes de la concentración plasmática, de modo que sedimentan en el fondo del recipiente formando acúmulos en forma de pilas de monedas por la atracción de la superficie de los eritrocitos. La velocidad con la que se da el descenso de estos hematíes sedimentados es lo que define a la prueba de la velocidad de sedimentación globular (VSG).
La técnica más frecuente que se suele realizar para la VSG es la del método de Westergren, en el que la velocidad de sedimentación de los hematíes o eritrocitos son medidos en mm/hora.
Esta prueba analítica se realiza normalmente dentro de un estudio hematimétrico completo, pudiendo denotar la presencia de enfermedad pero no de su gravedad.
Factores interventores de los resultados
Se observa una elevación de la velocidad de eritrosedimentación cuando las proteínas del grupo de las globulinas se encuentran elevadas en proporción a la albúmina; asimismo, puede notarse dicha elevación por una alta proporción de fibrinógeno.
Una apreciación a destacar es la que la velocidad de sedimentación globular es menor en los niños que en los adultos, los cuales, partir de los 60 años, sus valores observan un incremento al alza en relación con los índices normales. Asimismo, nos muestra los cambios de las proteínas del plasma, propias de una buena parte de las infecciones agudas y crónicas, neoplasias, y de los procesos de las enfermedades degenerativas.
Utilidad clínica de la VSG
La medición de la VSG se emplea principalmente para:
- La detección de los procesos inflamatorios e infecciosos
- Controlar el progreso algunas enfermedades tanto crónicas como infecciosas.
- La detección de procesos crónicos inflamatorios ocultos o neoplasias.
Como valor clínico es poco sensible y específico, teniendo poco valor por si sola; no obstante, su utilidad radica en ser una herramienta de apoyo clínico en el momento del diagnóstico.
Índices normales de la VSG
Prácticamente, la VSG en sangre normal, es nula, incluso cuando el colesterol y demás lípidos se encuentre en alzados se puede dar la reducción de la capacidad de formación de acúmulos y abreviación aun más la VSG.
Los valores normales de referencia son:
- Recién nacidos: hasta 2 mm/h.
- Lactantes: hasta 10 mm/h.
- Hasta la pubertad: hasta 11mm/h.
- Hombres jóvenes: hasta 10 mm/h.
- Hombres adultos: hasta 12 mm/h.
- Hombres mayores: hasta 14 mm/h.
- Mujeres jóvenes: hasta 10mm/h.
- Mujeres adultas: hasta 19 mm/h.
- Mujeres mayores: hasta 20 mm/h
En la mujer embarazada se puede observar durante los primeros meses de gestación una VSG elevada sin consecuencias patológicas.
Valores anormales de la VSG
La velocidad de eritrosedimetación esta elevada entre otras causas en:
- Anemia intensa
- Artritis reumatoidea
- Fiebre reumática
- Enfermedades renales
- Enfermedades autoinmunes
- Embarazo (en el 2º y 3º trimestre)
- Infecciones agudas y crónicas
- Macroglobulinemia
- Mieloma múltiple
- Polimialgia reumática
- Sífilis
- Tuberculosis
- Vasculitis
- Infarto de miocardio
- Nefrosis
- Hepatitis agudas
- Menstruación
- Tuberculosis
- Hipotiroidismo
- Hipertiroidismo
- Afecciones tumorales avanzadas
- Anemias
- Ciertos fármacos (metildopa, anticonceptivos orales, teofilinas, vitamina A, penicilamina y procainamida)
En problema de cáncer, colagenosis, enfermedades reumáticas, y demás enfermedades infecciosas los valores de la VSG son mayores de 100 mm/hora.
La VSG aparece disminuida entre otras causas por:
- Descensos de proteínas en el plasma por patologías renales y hepáticas.
- Disminuciones del fibrinógeno
- Fallos cardiacos
- Policitemias o poliglobulias (incremento anormal de las células sanguíneas, principalmente de los hematíes)
- Fármacos del tipo de la aspirina, la quinina o la cortisona.
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