Al homosexual manifiesto es fácil reconocerlo, porque se muestra abiertamente para que lo vean y todo el mundo se vuelve a mirarlo y criticarlo constructiva o despectivamente, llama poderosamente la atención.
Algunos tienen conductas desagradables en lugares públicos, logrando el rechazo de la gente, otros sin dar motivo pueden ser discriminados duramente, echados o prohibidos de un lugar. Las conductas desubicadas son por ser maleducados y no por ser homosexual. Hay heterosexuales que se comportan de igual o peor manera, por lo que no es cuestión se sexo. Ahora, un homosexual reprimido, puede evitar tanta discriminación y rechazo alcanzando llegar o entrar a lugares elevados socialmente. Pero lo que si es seguro, nunca será feliz, viviendo en la mentira y la hipocresía, engañando a todo el mundo y así mismo. A demás son personas peligrosas porque si no nos damos cuenta de su verdadera sexualidad, puede llegar a engañarnos destructivamente. No siempre el homosexual es afeminado y lo podemos reconocer por sus modales, puede ser muy varonil o muy femenina y esconder perversos deseos, que al no poder liberarlos pueden descargar sus necesidades abusando sexualmente de menores, repitiendo el daño que a ellos les hicieron. La cura entonces para mi seria la plena aceptación. Por eso aprendamos a detectar las señales para desenmascarar a posibles pedófilos:
Vale aclarar que un homosexual reprimido muchas veces no sabe que lo es (amnesia de la infancia) no puede reconocerlo en si mismo, trata, rechaza, se burla, critica, discrimina, duramente al homosexual manifiesto, porque se ve reflejado como en un espejo y no le gusta lo que ve. Esta es una clara señal para descubrirlo. Puede que después ese mismo salga a buscar por las noches y escondidas a su victima de maltrato para tener relaciones con él, creyendo que por hacer el rol de hombre no es homosexual, pero para mi un hombre que se acuesta con otro hombre no es tan hombre, en todo caso bisexual. Otra característica notable es que cuando más quieren disimular sus modales afeminados, más resaltan o exageran ser muy masculinos. Los que se creen machos golpeando a las mujeres, son de dudar, porque intentan matar en ellas la parte que rechazan en ellos, otra vez estamos frente a la teoría del espejo. Los disfraces más comunes que eligen, siguiendo con el grupo de los golpeadores, son los policías, militares, personales de seguridad. Los de traje y corbata siempre que veamos, rechacen la homosexualidad. Sacerdotes, monjas, que más clara represión de la sexualidad. Están los que se casan con vírgenes que no tienen sexo casi nunca, son fieles y excelentes maridos pero severos padres, que descargan en sus hijos toda su frustración. Lo mismo en el caso de la mujer, que le asusta el lesbianismo, sus disfraces se ven en maestras jardineras, y profesoras de gimnasia. También esa amiga celosa y posesiva que solo te quiere para ella.
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