En caso de querer destacar aun más la verticalidad de las ramas, se unen por vez primera las tres bases en un punto mas o menos céntrico del recipiente. La guía
será mas larga que lo que se vio hasta ahora, casi el doble del diámetro del recipiente.
La auxiliar, de la mitad, y la tercera de un tercio.
Colocada perpendicularmente la guía, y uniendo sus bases, la auxiliar inclinará unos 15 grados y la tercera se bajará violentamente a unos 70 grados. El equilibrio empero no se rompe, pues a derecha e izquierda se separan no más de 30 grados con respecto a la rama principal o guía.
Cuando aún el invierno es riguroso, florecen los junquillos. Es hasta milagroso verlos surgir casi de la noche a la mañana, elevándose con esa suavidad y pureza sólo equiparable a su dulce aroma.
De líneas puras, estilizadas, los junquillos, como los iris y lirios, son las flores más adecuadas para las decoraciones de estilo vertical acentuado. Para este caso, bastan tres tallos aunque no sean muy abundantes en flores. Destacaremos la guía con un tallo en flor, las otras dos lucirán apenas unos pimpollos entreabiertos.
En verano nuestros centros de mesa deben ser serenos y frescos. Un conjunto de nenúfares sobre una cerámica negra, evocan Ios estanques tranquilos, el remanso de un río.
El nenúfar requiere un tratamiento especial para que Iogre una perfecta absorción del agua. Sus tallos huecos, acanalados, son incapaces de absorber el caudal de agua que requieren sus flores grandes y las hojas carnosas.
Antes de hacer la decoración, se les debe inyectar agua por el extremo del tallo valiéndose de una jeringa o perilla de goma de uso médico. Se notará a medida que el agua penetra, que los tallos se ponen más firmes y las nervaduras de las hojas se llenan de líquido a tal punto que comienzan a gotear.
Entonces se debe apretar el extremo cortado con los dedos, sumergir el tallo en el agua, cortarlo a Ia Iongitud necesaria para el arreglo y clavarlo inmediatamente en el pinchaflor.
Todo esto debe ser realizado sin que haya solución de continuidad en la recepción del agua. Los nenúfares abren de día y se cierran por la noche. Si el arreglo debe durarnos hasta la noche con todo su esplendor, hagamos gotear un poco de parafina en el centro de los estambres y pistilos cuando la flor esté convenientemente abierta e impediremos así que se cierre por la oscuridad.
EI recipiente amplio permitió el empleo de dos pinchaflores que contribuyen a dar más profundidad al arreglo. Es éste un clásico “aki-bana” (uku = flotar, bana = flor) en el cual el efecto de flor flotante se logra cortando Ios tallos a una longitud que apenas sobrepase la .superficie del agua. Este arreglo bajo, cumple con el requisito primordial de los centro de mesa, en los cuales debe procurarse que las flores se mantengan en un nivel no muy alto.
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