Algunos de los signos que aparecen en el iris, son anomalías físicas en las fibras del mismo y se han clasificado en: lagunas, lesiones abiertas y criptas.
Las lagunas se presentan cuando las fibras del iris se separan, teniendo bordes cerrados, de donde proviene el nombre de “laguna”, aparentando una ruptura que puede ser de diferente tamaño y forma. Pueden mostrar laxitud, elevación o depresión de fibras, que nos indicarán la calidad y condición del tejido orgánico, así como diversas formas que se han clasificado de acuerdo a la observación de una gran cantidad de casos, estableciéndose patrones relacionados con patologías o predisposiciones a las mismas de los diversos órganos o sistemas. Una laguna indicará dificultad para hacer llegar nutrientes al órgano o sistema afectado.
Las lesiones son parecidas a las lagunas, aunque con ruptura del borde. Tienen las mismas características de las lagunas, excepto que hay mayor facilidad para hacer llegar nutrientes al órgano o sistema afectado.
Tanto lagunas como lesiones pueden ser de origen congénito (genotípico) o adquirido, (fenotípico). Las congénitas se manifiestan adyacentes a la banda del sistema nervioso autónomo, por su parte externa y las adquiridas se localizan despegadas de la misma, en la zona orgánica, formada por los sistemas estructural: muscular y óseo, así como circulatorio superficial, linfático superficial y piel.
El grado o condición que reflejan tanto lagunas como lesiones, lo hemos estudiado en el tema No. 9, aunque es pertinente aclarar que la existencia de éstas no implica necesariamente la existencia de una patología, sino solo una predisposición o debilidad latente. Dependerá de la profundidad, estructura, forma, coloración, etc. el pronóstico, mismo que no necesariamente estará manifiesto. Esto estará determinado por la fortaleza, (constitución) y hábitos alimenticios e higiénicos.
También debemos considerar el bloqueo que se realiza con ciertas substancias de la información que realizan los órganos al cerebro, por lo que en ocasiones no observamos lagunas o lesiones en el iris que reflejen cirugías, debido al bloqueo por anestesia que interrumpió el flujo electromagnético, impidiendo su registro en el iris. Los signos que reflejan condiciones adquiridas, también pueden tener su origen en traumatismos, (lesiones accidentales), aunque también existen substancias naturales como las endorfinas que, cuando existe una situación de tensión previa al accidente, por previsión del mismo, son liberadas por el organismo e inhiben la transmisión neuro cerebral para disminuir el dolor, impidiendo asimismo su reflejo al iris, por lo que es importante complementar el análisis del iris con el interrogatorio e historia clínica.
Segunda parte
Las criptas pueden hallarse en cualquier lugar del iris, incluso dentro de lagunas. Se pueden observar dos tipos:
1. Cripta competa. Se observa falta total de la lámina estromal trasera. El pavimento o piso de la cripta está constituido por una capa pigmentada negra, indicando cicatrización de un proceso inflamatorio.
2. Cripta incompleta: la lámina estromal trasera es parcial, reducida en espesor o perforada en diversas formas. Cuando se observa una tonalidad gris, podemos clasificarlas como:
a) criptas con escasos restos de estroma. Fibras finas de color gris en el fondo, indicando un proceso degenerativo en curso.
b) Criptas con franjas sueltas de fibra en el fondo, mas claras y de mayor espesor respecto al tejido irídeo restante, indican una deficiencia inmunológica en la zona en la que se encuentran localizadas.
Las criptas muy pequeñas (puntos de alfiler), indican pólipos, excrecencias o estenosis viscerales (adherencia de tejidos en las vísceras).
Diversos ejemplos de lagunas
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