El término diátesis significa “disposición” y se define como la predisposición orgánica a contraer una determinada enfermedad. Es el nombre que se le ha dado a las dolencias que atacan simultánea o sucesivamente al mismo sujeto. Pueden ser diferentes los lugares del cuerpo en los que se manifiestan, así como los síntomas clínicos, pero tienen el mismo origen. De lo anterior se deduce que la enfermedad y sus causas forman una unidad, a pesar de los síntomas diversos, da una idea de movimiento de síntomas, que pueden aumentar o disminuir. La diátesis no es estática. Nos da una idea de la edad biológica, diferente a la edad cronológica, la cual es igual para todos los seres humanos. La edad biológica es diferente para cada individuo.
La diátesis no es una enfermedad en sí, sino una predisposición a ésta. Jacques Menetrier la define como el espacio de tiempo que separa a un individuo saludable de una patología auténtica, clínicamente demostrable. En ése tiempo, variable según cada sujeto, la manifestación de trastornos funcionales son señales de alarma. Estos trastornos son reversibles, no la tendencia hereditaria, detectables ambas en el iris, dando paso a un programa de mejora o reforzamiento de la condición.
El artritismo es una amplia diátesis dependiente de la asimilación, desasimilación o de ambas. Es una tendencia generalizada del ser humano. Es una disminución de cambios nutritivos celulares, dando lugar a perturbaciones funcionales y metabólicas diversas. Las principales perturbaciones son:
Asma, eccema, psoriasis, jaqueca, rinitis, gota, reumatismo, herpes, várices, hemorroides, diabetes y obesidad entre otras. Todas son observables en el iris antes de su manifestación clínica. La diátesis artrítica se clasifica en cuatro tipos de diátesis, caracterizados por comportamientos físicos, psíquicos y emocionales, de carácter e intelectuales. El iris presenta una estructura, forma y pigmentación típica de cada predisposición, mismas que se describen en la tabla de diátesis.
|