No descubrimos nada
nuevo al resaltar la importancia que juega la
electricidad en la estructura íntima
de la materia, máxime si tenemos en cuenta
que estamos inmersos
en una serie de campos eléctrodinámicos
y todas la variaciones que se producen en nuestro
organismo no son otra cosa que modificaciones
motivadas - como dijo el ilustre PLANK - por
dichos campos eléctricos universales.
H.S.BURR, pionero
en el estudio de estos campos electrodinámicos
en su interesante libro "BLUEPRINT FOR
IMMORTALITY" ha dicho que el universo en
el que nos encontramos y del cual sólo
nos puede separar la muerte, es un sitio de
ley y orden. En contra de lo que algunos creen
no es un accidente ni un caos. Está organizado
con unas leyes inmutables y mantenido dentro
de unos campos electrodinámicos.
Nuestros antepasados
aceptaban creencias religiosas que admitían
que el hombre y la mujer no eran nigún
accidente y que el universo en que vivían,
creado por Dios, tenía una ley, un orden
y sobre todo un propósito.
Pero nuestra actual época materialista
y científica impide aceptar aquellas
creencias religiosas, que se sostenian por la
fe y por la esperanza, y para creer en este
nuevo orden exigen a la ciencia los métodos,
evidencias y las pruebas científicas
que demuestren que el universo en que vivimos
es un sitio de ley y de orden.
Hasta hace unos
pocos años, la ciencia no podía
satisfacer esa demanda, debido a que no existían
los necesarios instrumentos técnicos
y electrónicos para confirmarla.
Con estos instrumentos se ha conseguido comprobar
que las personas - en realidad todas las formas
vivientes - están ordenadas y controladas
por campos electrodinámicos, que pueden
ser medidos y representados gráficamente
con absoluta precisión.
Estos campos electrodinámicos medidos
escrupulosamente muestran y evidencian de forma
fehaciente que el hombre no es un accidente,
sino que forma parte integral de un proyecto
colosal:
El COSMOS
Estos campos electrodinámicos
son invisibles e intangibles y se pueden considerar
como verdaderos campos de "VIDA".
El antes citado Dr. BURR los ha titulado como
Campos L.
Todas las personas que han cursado el bachillerato
o han asistido a alguna Escuela Técnica
recordará el clásico experimento
que consiste en colocar dispersas unas limaduras
de hierro sobre un papel blanco y pasar por
debajo del papel un imán. Inmediatamente
las limaduras se mueven y se alinean de forma
que siguen las líneas del campo magnético
a que están sometidas.
Cuando se tiran estas limaduras y se ponen otras
nuevas, al repetir el experimento, también
adoptan exactamente la misma forma que las anteriores.
Muy parecido a esto
- pero infinitamente más complicado
es lo que sucede en el cuerpo humano en relación
con los campos electrodinámicos. Sus
moléculas y células se encuenran
constantemente en movimiento y son renovadas
cíclicamente, pero
siempre bajo el control ejercido por los Campos
L, de forma que las nuevas moléculas
y células que se originan adoptan la
misma forma que las anteriores.
Las modernas investigaciones
realizadas con elementos "marcados"
han revelado que los materiales de nuestro cuerpo,
incluido los que forman el cerebro son renovados
de forma regular. Todas las proteínas
existentes en el organismo son renovadas, más
o menos, cada seis meses. Cuando nos encontramos
con un amigo al que no hemos visto desde hace
más de 6 meses, es posible que no quede
una sola célula en su
cara de las que estaban allí la última
vez que lo vimos.
Pero, gracias al control de los Campos L, las
nuevas células han tomado la forma familiar
de las antiguas y por ello lo hemos reconocido.
Hasta que los modernos
instrumentos han revelado la existencia del
control que los Campo L ejercen, los bioquímicos
no aclaraban el porqué nuestros cuerpos
podían mantener la forma a través
de los incesantes metabolismos y cambios
de células. Ese misterio ha sido revelado:
Son los campos L los que sirven de molde o matriz
y así preservan la forma y alineación
de todos los materiales del organismo humano
pese a que dichos materiales están en
un estado constante de renovación.
De hecho, siempre
que hay una mínima modificación
en alguno de los parámetros de nuestro
organismo y se puede saber midiendo sus minivoltios,
o sea el potencial procedente de los Campos
L, indica que no puede tardar en aparecer alguna
enfermedad. Esto basta para indicar una posible
aplicación en el diagnóstico de
enfermedades antes que se manifiesten.
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