Si no tenemos un lugar apropiado, para dejar siempre formado el altar, se podrá guardar en una caja y formarlo cada vez que lo necesitemos para hacer nuestras peticiones frente a él.
Estos elementos que vamos a inaugurar un día domingo al mediodía (que no llueva) para esto nos vestiremos con traje (sí es varón o túnica blanca sí es mujer) con medias o calcetines blancos y las mujeres con un pañuelo en la cabeza (sin pintura en la cara, ni manos ni pies).
Se deberá extender un mantel o paño blanco y sobre él colocaremos una vela blanca (encendida) un platito también blanco con carbón vegetal e incienso encendido, una flor blanca, nuestros collares de protección, 1 tijera, 2 cortapapeles uno de hoja fina y otro más ancho que tengan el mango en cruz, 1 rama de nogal, tinta mágica y pluma de Auca y las imágenes de nuestros guías.
Nos colocamos frente al altar de cara al norte y pedimos a Dios nuestro señor y a nuestros guías (Santos de nuestra devoción), que todos esos elementos allí reunidos queden inaugurados ya que los mismos serán parte nuestra de allí en adelante, con mucha devoción pediremos también fuerza y que siempre nos guíe la buena intención de ser útil al prójimo.
Es muy importante protegernos cuando comenzamos a trabajar, para esto usaremos los collares de protección (Guías) de San Jorge, L’emanja, etc. Y sahumar el lugar de trabajo donde se encuentra nuestro Altar con sahumerio o incienso puro dando 3 ó 5 vueltas alrededor del altar invocando una salmodia y pidiendo a los espíritus superiores protección, detallamos a continuación una salmodia antigua pero no por ello menos eficaz (extraída del libro de Mannig).
"Elementos, espíritus, Dioses de Antaño
este nuevo altar ahora contemplamos
convendréis que esta ligado a mí
en paz y auténtica serenidad
os exhorto por siempre a ayudar
a que la luz y el amor sea nuestra provisión
este lugar es armonía perfecta
¡Y hágase mi voluntad!
Cuando pedimos frente al Altar es conveniente hacerlo una semana seguido a la misma hora (yo lo hago a la salida del sol) ya que nuestra mente se encontrará despejada recordando que nada nos debe molestar o interrumpir.
Al hacer las invocaciones las haremos con las manos extendidas hacia el altar con las palmas abiertas, pidiendo desarrollo para nuestras mentes y que vamos a realizar sea para el bien y justicia.
Es importantísimo agradecer una vez concluida la petición a nuestros guías y a los espíritus o elementales que nos han acompañado a realizar ese trabajo, con una pequeña oración "Agradezco a mi Guía... y a todos los espíritus al estar conmigo en esta tarea, envía mi gratitud y pido se retiren sin dejar de protegerme".
Elementales: llamamos así a los espíritus del agua, aire, tierra y fuego y que si los invocamos de seguro que obtendremos su auxilio, para ello frente a nuestro altar lo invocaremos.
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