Debemos preparar la situación para el masaje, lograr que el ambiente sea el indicado, mediante la utilización de todos los sentidos. Para esto, debemos preparar el cuarto donde realizaremos el masaje.
Este debe ser un espacio tranquilo, con música suave, velas, almohadones, luz tenue, etc. En definitiva, un sitio que nos permita sentirnos cómodos y seguros, relajados y en contacto con nosotros mismos. Además, bañarse antes de la realización del masaje es algo recomendable, ya que es una primera relajación, tanto para el que dará el masaje como para quien lo recibirá.
El proceso lleva su tiempo y este tiempo debe ser respetado. No se puede apurar el masaje, sino que se le debe dar todo el tiempo necesario para que sus efectos sean todo lo poderosos que deseamos.
Por supuesto, debemos eliminar toda posibilidad de interrupción (llamados telefónicos, gente que pueda tocar la puerta, etc), especialmente las necesidades fisiológicas, ya que, en realidad, se obtienen mejores resultados si realizamos el masaje con la vejiga y los riñones vacíos.
Debemos conectarnos con nuestra pareja, mediante el contacto físico, abrazándonos, sosteniéndonos, acariciándonos, mirándonos a los ojos o cualquier forma que consideremos la más correcta en nuestra relación para llegar al lugar cálido y seguro del que hablábamos anteriormente.
Vale la pena remarcarlo una vez mas: debemos estar, los dos, tan relajados como sea posible.
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