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Clase
6 |
6ª Lección: Aceites de masaje.
Una de las herramientas básicas es el aceite. Éste se utiliza, básicamente, como lubricante con el fin de conseguir, durante el masaje, unos movimientos más fluidos y gráciles.
En el mercado existen infinidad de aceites que, a primera vista, parecen adecuados para nuestro propósito; pero es esencial saber conocerlos y distinguirlos, para poder elegir el mejor para nuestro/a niño/a.
Existen dos tipos de aceites:
Minerales
Vegetales
La gran mayoría de aceites para niños/as están hechos básicamente de aceite mineral. Para la fabricación de este aceite se procede a calentar el crudo de petróleo para extraer la gasolina y el queroseno, mediante la llamada destilación funcional. Luego se procede a extraer los hidrocarburos y otras sustancias químicas mediante un tratamiento elaborado con ácido sulfúrico, la aplicación de absorbentes y el lavado con disolventes…
Al aplicar este aceite en la piel de nuestro/a niño/a, éste será absorbido por el cuerpo y circulará por el mismo transportado por la linfa, un líquido como la sangre, que limpia el cuerpo de toxinas y elimina desechos… entonces…
¿No sería mejor aprovechar aceites que sean naturales y aporten alimento?... Hemos de pensar que este aceite va a ser absorbido por los poros de la piel del niño/a y que, además, ante su juego constante de descubrimiento de su entorno, se va a meter sus manitas y pies en la boca. De modo que, quizás sería bueno buscar una alternativa mucho más saludable.
Los aceites vegetales suelen obtenerse mediante la expresión de frutos oleaginosos y de frutas (oliva, almendra, avellana, girasol, caléndula, coco, etc…).
El aceite que se considera de mejor calidad, es el primer aceite, que se obtiene (aceite virgen), y después se sigue prensando o calentando la masa para obtener más cantidad, tenemos aceites de inferior calidad. Los primeros, obtenidos en frío, contienen todos los principios activos, vitaminas, minerales y encimas, que los caracterizan. Si lo aplicamos en la piel, debido a su excelente afinidad, se absorben rápidamente –a diferencia de los aceites minerales artificiales- y aportan a nivel subcutáneo una importante cantidad de nutrientes muy beneficiosos para el organismo.
Una vez elegido el aceite adecuado, y antes de comenzar el masaje, vamos a poner una gota del mismo, en el antebrazo o parte trasera del lóbulo de la oreja de nuestro/a niño/a, para comprobar que no tenga ninguna reacción alérgica al mismo. Esperaremos 30 minutos y si existe cualquier reacción (suele consistir en manchas rojas que desaparecen al cabo de un par de horas), probaremos con otro aceite. En el caso que cualquier aceite le produzca alergia a su bebé, tendría entonces que consultar a su pediatra. En el caso de que no produzca alergia, ya podremos empezar con el masaje.
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