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No se puede sentir paz sin felicidad, ni sentir felicidad sin sentir paz, ambas trabajan de la mano, muchas veces las personas dentro de su matrimonio, se esfuerzan por dar respeto, amor, comprensión, tener humildad y sentirse libres, pero por mas que se esfuerzan, no lo logran porque sienten mucha insatisfacción interna, sienten soledad, se sienten inseguros de si mismo y de sus destinos, se sienten inútiles y fracasados, sienten frustraciones del pasado, no han podido perdonar situaciones de su infancia y muchas veces aunque no lo desean, se ven una y otra vez, arremetiendo contra su familiares, su pareja, sus hijos, y muchos de sus seres queridos , y se siente impotente, porque aunque no quiere hacerlo, siempre termina cayendo en el mismo lugar.
Esto significa que esta persona, esta carente de sentir en su corazón, tan sólo un poco de paz, cuando esto pasa, aunque la persona quiere tener un hogar feliz, la persona no tiene paz, y no puede trasmitir paz, y muchas veces hasta termina, robándole la paz, a las personas que le rodean, porque estas personas tampoco saben como tratarla y ayudarla a salir de este estado.
La paz, es una situación interna, a la cual debemos empezar a ponerle especial cuidado, la paz no solamente se debe tener en los momentos buenos de la vida, sino que hay que aprender a tener paz, en medio de los momentos duros de la vida, y es en estos omentos, donde la mayoría de las personas sucumben y no saben como canalizar sus emociones, sentimientos, temores y dudas.
Para tener paz, hay que aprender a ser una persona centrada en convicciones firmes, y aprender a tener una voluntad firme para saber controlar nuestras emociones y sentimientos. Cuando una persona se determina a tener paz, pese a lo que suceda, sea bueno o malo, esta persona debe trabajar en ello, y aprender a controlar sus emociones, sus sentimientos, y sus pensamientos; porque cuando pasan cosas difíciles en la vida, pareciese que las circunstancias nos hablaran de que hay caos, hay crisis, no hay solución, este es el final, ya no hay salida, no hay alternativa; pero tener paz, implica aprender a que en esos momentos difíciles, uno aprenda a decidir trancarle la puerta al temor; y desear esperar y descansar en la esperanza de que sin duda debe haber alguna salida, debe haber alguna solución, debe haber alguna alternativa que nos traiga una respuesta favorable, y debe haber algo que puedo hacer para solucionar la situación.
Cuando hablamos de paz en el matrimonio, justamente nos estamos refiriendo a ese autocontrol, que como seres humanos debemos aprender a tener en los momentos difíciles del matrimonio; ya que en el matrimonio se pueden presentar muchísimas situaciones difíciles; que traen dolor, aflicción, y cierto grado de desilusión y desesperación; pero si aprendemos a equilibrarnos en esos momentos, y a decidir estar quietos y mantenernos serenos y calmados, hasta que hallemos cual es la mejor respuesta a esa situación; y mientras no la encontremos, es mejor no actuar, hasta que estemos seguros de que lo que hagamos sea lo correcto.
Muchas veces se pierde la paz en el matrimonio, porque en momentos de desesperación, tomamos decisiones imprevistas sin estudiarlas y analizarlas primero, y resulta que lejos de traer soluciones por medio de nuestras decisiones, en vez de resolver los conflictos los agrandamos y empeoramos. Tener paz en los momentos difíciles, nos ayudara a tomar las mejores decisiones, y poder alcanzar la solución prontamente.
Debemos aprender a tener paz en nuestros corazones, en nuestras mentes, y en todo nuestro ser. Si no tenemos paz interior, no podemos alanzar muchas de nuestras metas, no de nuestros sueños, y mucho menos la felicidad. Peor aun, cuando no tenemos paz, muchas veces ni siquiera tenemos sueños, ni metas, y la felicidad nos resulta infinitamente inalcanzable.
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