El perdón es un regalo muy grande que podemos obsequiarles a las personas que nos rodean, y nos lo podemos regalar a nosotros mismos.
La culpa por nuestros errores, es una de las perores enemigas del ser humano, es duro cargar con la culpa de nuestros errores pasadas, o con la culpa de los errores de otros; pero el perdón, es una fuente de alivio, para un corazón maltratado por la culpa y por la condenación.
Hay personas que han sido heridas y aunque ha pasado el tiempo, han seguido maltratando a su conyugue por sus culpas, otras no hacen ningún reproche, pero manipulan al otro para que haga lo que desee, porque saben que la otra persona como se siente culpable por algo que hizo, siempre terminara cediendo, como resultado de querer limpiar sus culpas, aunque sea complaciendo a la persona a quien una vez el mismo le hirió. Otras personas no reprochan, ni manipulan, pero si cambian de actitud con la otra persona, y mas nunca vuelve a ser la misma para con su conyugue. Todas estas situaciones, son producto de un corazón, que realmente no sabe perdonar.
Muchas parejas, han terminado su matrimonio, de alguna manera, por la falta del perdón de uno de los dos, o por la falta de perdón por parte de ambos, y esto implica que el matrimonio, no tenía como una de sus bases fundamentales que sostiene los cimientos del hogar.
El perdón, nos permite poder alcanzar otros retos que tenemos por delante, tales como cimentar el amor, la comprensión, la paz, y la libertad; si no podemos perdonar a la otra persona, no podemos sentirnos libres con ellas, no podemos tener paz al lado de ella, no la estamos comprendiendo, y simplemente la estamos amando a medias.
Un punto muy importante que hay que comprender es estudiar, que valores obtuvimos desde niños acerca del perdón; porque las situaciones que vivimos desde niños, son muchas veces las que nos marcan las pautas a seguir en nuestro hogar que escogemos tener de adultos.
Muchas veces vivimos en hogares donde alguno de los padres nunca perdono a su conyugue, y sin querer adoptamos ese habito aprendido; también suele suceder, que desde niños, fuimos maltratados por nuestros padres; y nunca pudimos perdonarlos, o puede que los hallamos perdonado, pero bajo la condición interna, de que lo perdonábamos por ser nuestros padres; pero que a otros no le aguantaríamos jamás nunca nada, y tal vez nos la pagaría porque ya es suficiente con tener que soportar lo que nos hicieron nuestros padres. Otras personas, su falta de perdón, estas enraizada por la perdida de un ser querido y le atribuye la carga por esa muerte a Dios, a otros familiares, e incluso asimismo, y a partir de ese momento le esta costando perdonar cualquier situación que se le presente, porque tiene mucho dolor en su corazón. También puede haber un sin número de orígenes acerca de porque nos cuesta tanto perdonar; pero estos son los mas comunes, que se puede mencionar en este momento, como ejemplos.
La falta de perdón, muchas veces está determinada por una falta de autoestima, ya que la persona ha aprendido a sentirse bien con ella misma solo si la tratan bien, pero cuando la hieren por cualquier motivo, esta persona decae en su autoestima, hasta el punto de sentirse lo peor, y sentir que la herida es mas grande de lo que realmente es; y aunque en verdad fue una situación dolorosa la que vivió, su verdadero dolor no está enmarcado dentro del contexto del hecho en si mismo, sino esta enraizado por el dolor de cómo ella misma se siente al respecto. Perdonarse asimismo, y perdonar a otros, dentro de este contexto, implica valorarse a uno mismo, aun por encima de el agravio recibido. Si no nos perdonamos o perdonamos al otro, simplemente nos estamos diciendo a nosotros que nuestro valor como persona depende de cómo nos traten las personas, de cómo nos traten las circunstancias, y/o de que tanto nos equivocamos nosotros mismos.
En el matrimonio es importante, que ambos construyan esta base tan primordial como lo es el perdón; y ambos aprendan a declararle al otro que le perdona, y también que ambos aprendan a pedirse perdón cuando fallan, pero mas importante aún aprender a perdonar al otro, aun antes de que este pida perdón, porque muchas veces las personas no piden perdón, porque sean orgullosos y no reconozcan el error, sino que al contrario, se sienten tan desgraciados por haber fallado que se sienten sin moral para pedirle perdón al otro.
En el matrimonio, es vital que los dos esposos aprendan a hablar acerca del perdón, y a pedirse perdón, a ofrecer perdón, y a demostrar perdón, que no solo sea de palabras, sino que también con las acciones, podemos hacerle sentir al otro que le hemos perdonado. No es bueno dar perdón solo de hecho y sin palabras, ni solo de palabras, pero sin hechos; el verdadero perdón se manifiesta con palabras y con hechos.
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