Niños que están en constante movimiento, por eso debe ser ligera, atractiva y compatible con sus gustos y preferencias, a esa edad saben muy bien lo que quieren y en el mercado se consiguen loncheras con dibujos animados y héroes de comiquitas. Involucre a su hijo en la en la elaboración de su merienda. No significa que él elija lo que quiera sino que lo haga entre dos opciones nutritivas propuestas por usted, (¿queso o jamón?, ¿manzana o pera? ¿jugo o un yogur?), una comida equilibrada es la mejor manera, de no incrementar el riesgo de sobrepeso u obesidad. Involucrarlo en lo que desea para la merienda nos asegura que la comerá. No encontrarnos en la noche cuando vallamos a limpiar la lonchera y prepararla para el día siguiente, con que el niño no ha comido nada, y que además del perjuicio a su salud y rendimiento escolar, hemos perdido nuestro dinero. En cuanto a cantidad de comida que debe enviar dentro de la lonchera, una botella chica (350ml) de una bebida nutritiva y una cantidad de alimentos sólidos equivalente a taza y media (300 gramos) seria lo ideal.
La merienda no debe ser tan abundante porque puede provocar malestares estomacales y si come mucho no tendrá apetito a la hora del almuerzo o si estudia en las tardes, a la hora de la cena.
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